miércoles, 18 de agosto de 2010

LAS CULTURAS ANTIGUAS


 

HISTORIA DEL ARTE
 


El hombre en la antigüedad el hombre, ha manifestado de diferentes maneras, sus diversas formas de percibir el mundo, su entorno, su universo y sus emociones. Prueba de ello son  las culturas que se desarrollaron en la edad antigua entere ellas están la cultura china, egipcia, indú, romana, griega, maya, azteca, e inca las cuales se destacan como unas de las más importantes tanto en Europa, Asía y América
 
 
EDAD ANTIGUA.



 
                                                                                                                                                                                                                                                                 
    Prehistoria          Arte prehistórico      





Las imágenes recientemente descubiertas tienen uno 1,6 millones de años de antigüedad, durante el período medio de Achelense. Esta pieza hallada en Marruecos, tiene cerca de seis centímetros de largo y se asemeja a una figura humana. Aunque este objeto marroquí pudo haberse creado mediante procesos geológicos naturales, parece exhibir rastros de trabajo humano con herramientas, además de evidencias de estar pintada con “una sustancia grasienta” en la superficie de la piedra, con restos de una mezcla del hierro y del ocre llamado manganeso, e indica que fue adornada por alguien y la utilizó como figurilla, sin importar cómo pudo haber sido formada. Sin embargo, sigue siendo muy discutida la identificación del objeto como evidencia de una expresión artística humana.

Los descubrimientos en Blombos, situado en Sudáfrica, han cambiado la historia del arte. Las piedras descubiertas, adornadas con complejos dibujos rojos, muestran que el antiguo Homo sapiens era capaz de plasmar ideas abstractas y crear arte. Estos impresionantes trabajos datan de 70.000 años, es decir, unos 50.000 años antes que los de Lascaux en Francia. Aunque la datación de los objetos de Blombos es correcta, no hay suficientes indicios de que sean representativos de un avanzado comportamiento cognitivo, similar al arte posterior de Europa. Varios arqueólogos, incluyendo a Richard Klein de Stamford, tienen dudas de aceptar las cuevas de Blombos como el primer ejemplo de arte.
 
 
 
Arte De La Edad Antigua
 
 
 
Puede llamarse así a las creaciones artísticas de la primera etapa de la historia, iniciadas con la invención de la escritura



 
 
 





MESOPOTAMIA
 





Arte de Mesopotamia


La civilización de Mesopotamia se desarrolló en su plenitud mil años antes que la cultura egipcia. En uno de los valles más fértiles y con mejor climatología del momento, entre los ríos Éufrates y Tigris, tuvo lugar, el comienzo de la escritura "moderna", apartándonos de los sistemas de escritura primitivos que se conoce.

Hasta finales del siglo XIX apenas se conocía el arte mesopotámico, ya que es uno de los que menos obras se conservan, en vista de que utilizaban materiales poco duraderos, como el adobe y el ladrillo.
Sus obras se caracterizan por simplificar la realidad para comprenderla de la mejor forma posible. Para ello utilizan figuras geométricas y es muy marcado el uso del cilindro y el cono en la representación de las figuras humanas, siempre con las manos en posición de oración. Es destacable el colorismo de su cerámica y el uso de conchas de animales marinos para resaltar zonas como los ojos.
 




Arquitectura
Características: El arte mesopotámico tenía carácter cívico: tiene palacios, templos y servicios públicos; tales como murallas, canales de riego, puentes, puertas y fortalezas. También combina el sistema de platabanda y dintel con el de arco y bóveda.
Como en la región no había piedra y la madera era escasa, emplearon el ladrillo ( hecho de adobe). Como el ladrillo es un material algo frágil, los muros se fabricaban gruesos y sin apenas aberturas; de manera que la apariencia de la edificación es maciza, pesada y monótona.
Debido a las periódicas inundaciones que eran favorables a los cultivos, los edificios solían construirse sobre terrazas.
Las paredes se cubrían de relieves en colores siguiendo esquemas muy simples, en particular los de repetición y simetría.
 
Monumentos Principales:


a) El Templo: Consiste en un gran patio amurallado que en el espacio correspondiente a uno de sus lados menores lleva lo que va a ser su elemento más característico: el Zigurat.
El Zigurat es una torre cuadrada de varios pisos escalonados, en cuya cima está el santuario. Las caras se orientan hacia los cuatro puntos cardinales y se sube a los diferentes niveles por medio de una rampa que rodea los cuatro lados, o por dos escaleras simétricas que trepan por el frente a los laterales.
En su construcción se empleaban materiales muy ricos: mármol, alabastro, lapislázuli, oro y cedro.


b) El Palacio: No existe una forma prevista para el palacio. Tampoco es un edificio, sino una serie de edificaciones prismáticas de distintos tamaños unidas entre sí por pasillos, galerías y corredores con amplios patios intermedios y con murallas alrededor. Consistía en una sencilla construcción cuadrangular con un patio central por el cual recibía luz y ventilación. Se alzaba sobre terrazas de ladrillo a las que se subía por escaleras y rampas con desagües para protegerse de las inundaciones y de la humedad. Las puertas, cuyas hojas solían ser de bronce, estaban flanqueadas por estatuas y toros alados con cabeza humana a los que se les atribuían poderes protectores. Las paredes interiores se decoraban con pinturas al fresco sobre enlucido de cal, o con revestimientos de ladrillos esmaltados de colores vivos y relieves. Algunos de los palacios más importantes fueron los de Nínive, Korsabaad y Nimrud.


c) Las Murallas: Las ciudades estaban guardadas por gruesas murallas de paredes verticales y cortadas en ángulos rectos, reforzadas de trecho en trecho por torres cuadradas. El paso se hacía por puertas fortificadas. El pasaje de estas puertas era de bóveda de medio cañón, en ambos lado se colocaban las habituales estatuas protectoras.


d) Las Tumbas: Desde el punto de vista arquitectónico, la tumba no ofrece gran interés, pues es un simple hipogeo con bóveda de ladrillo y varias cámaras, que se manifiesta al exterior por algún pequeño monumento sin valor artístico. En su interior se ha encontrado un ajuar funerario muy rico: cadáveres de damas, músicos, criados, cocheros y guardias inmolados en número grande que revelan las bárbaras costumbres fúnebres de estos pueblos.




Escultura
Características: En la escultura los habitantes de Mesopotamia emplearon basalto, arenisca, diorita y alabastro. También trabajaron algunos metales como el bronce, el cobre, el oro y la plata, así como piedras preciosas en las piezas más delicadas y en las labores de incrustación. En sus sellos cilíndricos usaron piedras de todas las clases, como lapislázuli, jaspe, cornalina, alabastro, hematites, serpentina y esteatita. No obstante, algunas de estas piedras escaseaban en la zona, por lo que tuvieron que importarlas. Otra importante forma de expresión fueron los sellos cilíndricos, delicadamente grabados en piedra. La mayor perfección en esta técnica la habrían alcanzado los acadios.
La finalidad de este tipo de arte, era social y religioso, por lo cual su finalidad era utilitaria. Su temática era el retrato de los dioses, reyes o altos funcionarios, en cuya ejecución domina la idea de duplicación. Respondía a las leyes de verticalidad, frontalidad y simetría, aunque no conocieron la perspectiva. Había también estilización de las facciones, cabellos y barbas (de cabello rulo).
 
Dentro de la escultura, se desarrollaron tanto las estatuas como el bajorrelieve:


a) Estatua: Es una réplica de la realidad, que incluye también el tamaño. Sin embargo, este realismo lleva la impronta subjetiva del artista, que le imprime una simbología, o un significado que va mas allá de lo estrictamente visual. La estatua es quizás, la categoría artística en la que el mundo mesopotámico se hace reconocer con mayor evidencia: en sus concepciones en sus caracteres, en su manera de traducirse en arte. Su patrón es el siguiente: manos unidas cruzadas sobre el pecho, cabeza afeitada y el torso desnudo o cubierto por un manto. Su temática estaba basada en los protagonistas de ese mundo de poder y de fe del que el arte mana y del que es expresión


b) Bajorrelieve: se usaba para narrar las grandes hazañas militares, los sucesos cívicos y familiares, y los motivos religiosos. La figura humana es representada de perfil con algunos rasgos frontales, como lo son los ojos y el torso. Los animales son esculpidos también de perfil, y con un realismo impresionante.
 
 
 
 

Pintura y Relieve
Características de la pintura: Fue estrictamente decorativa. Se utilizó para embellecer la arquitectura. Carece de perspectiva, y es cromáticamente pobre: sólo prevalecen el blanco, el azul y el rojo. Uso de la técnica del temple. Se puede apreciar en mosaicos decorativos o azulejos. Los temas eran escenas de guerras y de sacrificios rituales con mucho realismo. Se representan figuras geométricas, personas, animales y monstruos. Se emplea en la decoración doméstica. No se representaban las sombras.
 


Características del relieve: Fueron frecuentes en las plaquetas o estelas narrativas y algunas de estas estelas tienen textos cuneiformes. Son obras detallistas y minuciosas. Refleja notable naturalismo. Se distingue la separación de los asuntos divinos de los humanos. El rey es plasmado en escenas de guerra, banquetes o caza; una figura aparece siempre erguida, lo que hace destacar su poderío.
 
 
 
Orfebrería
La orfebrería mesopotámica constituye uno de los hallazgos más interesantes de las excavaciones de tumbas reales y templos. El trabajo de los metales era una de las actividades artísticas más importantes en los pueblos mesopotámicos.
Entre los valores más preciados de este tesoro se cuenta el tocado de una de las sesenta y cuatro cortesanas enterradas en el sepulcro real, de una suntuosidad y un diseño exquisito, en el que finísimas láminas de oro imitan hojas y pétalos de flores. Restos de vajilla labrada en oro y numerosísimas estatuillas de cobre, uno de los metales más trabajados, así como collares y brazaletes de cornalina, lapislázuli y plata e instrumentos musicales con piedras preciosas completaban el tesoro más antiguo del mundo oriental.
En las formas y el modelado del metal se descubre un naturalismo de cierta ingenuidad, con obsesión por el detalle ornamental. Se hace difícil un estudio del estilo general de la orfebrería mesopotámica debido a la gran variedad de pueblos y culturas que poblaron sucesivamente el territorio.
Sin embargo, en todos los objetos se descubre el valor de las fuerzas de la naturaleza y la esperanza del hombre en una vida después de la muerte, algo que explica que los objetos más valiosos se encontraran en los sepulcros.

 
 


 
ANTIGUO EGIPTO
 
 


Las pirámides de Giza, un ejemplo de antigua arquitectura monumental.


 

 
 
El Escriba sentado (detalle). Escultura datada de la Dinastía V.




 
 
 
 
 
Papiro ilustrado con una batalla, de la época de Tutankamón.

 
 
 
Arte del Antiguo Egipto



Una de las características del Antiguo Egipto es su singular arte, con obras monumentales que generalmente tenían carácter simbólico funerario o religioso.

Gracias al seco clima de Egipto y a ser enterradas por la arena del desierto, nos han llegado en aceptable estado de conservación multitud de auténticas obras de arte, a pesar de la utilización de los monumentos como canteras, las guerras o los innumerables saqueos de tumbas y templos.

Asombra la perfección, delicadeza y monumentalidad del arte egipcio, con un estilo característico que surge en los primeros siglos y permanece casi inalterado en tres milenios de cultura.
 
 
 
 
 
Pintura y bajorrelieves
Se caracteriza principalmente por presentar figuras yuxtapuestas en planos superpuestos. Las imágenes se representan con criterio jerárquico, por ejemplo: el faraón tiene un tamaño más grande que los súbditos o los enemigos que están a su lado. Predominaba el "canon de perfil" que consiste en representar la cabeza y las extremidades de perfil pero los hombros y los ojos de frente
El relieve logra su efecto mediante el modelado, la luz y las sombras, mientras que la pintura lo consigue con la línea y el color; pero las técnicas de la representación son básicamente las mismas en una y otra, ambos se sirvieron también del color. El relieve puede ser alzado o en hueco. En el relieve alzado se excava la superficie que rodea a las figuras hasta una profundidad que puede alcanzar los cinco milímetros, de modo que los personajes y figuras destacan sobre el fondo. En el relieve en hueco, hundido o inciso, los perfiles de las figuras se graban en la superficie, que permanece, quedando las figuras modeladas dentro de la misma. El relieve alzado se empleaba, por lo general en los interiores, dejando para los exteriores el relieve en hueco, que destaca más al sol. Hubo, sin embargo, variaciones de estilo en los distintos periodos; el relieve en hueco resultaba también mas barato.
Las principales construcciones religiosas y las mejores tumbas privadas estaban decoradas con relieves. La pintura se empleó en las tumbas privadas, cuando la roca de baja calidad hacía imposible el relieve, o bien para economizar o cuando la obra no era permanente y la superficie que había que cubrirse no era la adecuada para la labor de relieve, como en las casas privadas y en los palacios reales, construidos con adobes. Pero, aunque la pintura ocupase un lugar secundario, existen numerosas y magníficas obras pictóricas, cuyas técnicas estimularon a los artistas a trabajar con mayor libertad en el relieve,
Un tercer tipo de representación, aunque muy poco habitual, es el taraceado. En Maidum, un pequeño grupo de escenas sepulcrales de la IV dinastía está hecho con pasta coloreada introducida en la piedra, mientras que en tiempos postreros fueron los vidrios y las piedras de colores las que se incrustaban de modo similar, principalmente en objetos pequeños, así como para dar los detalles de los relieves más elaborados. Fue un método típico del período de El-Amarna.
En Egipto, la escritura y la representación estuvieron estrechamente ligadas. Los signos jeroglíficos eran a su vez pinturas, cuyos convencionalismos —además de los lingüísticos y ornamentales que rigen su yuxtaposición— no diferían mucho de los que son propios de su representación.
A la inversa, la mayor parte de las pinturas contienen textos jeroglíficos que pueden comentar la escena, proporcionando información no pictórica, o pueden prevalecer por completo sobre el componente visual, tal como ocurre en algunos relieves de templos. En los relieves sepulcrales, la figura principal es un jeroglífico grandemente magnificado que reemplaza a un signo omitido en epitafio que da el nombre de la persona. Figura y texto aparecen así en mutua dependencia.
 
 
 
 
Pinturas y artes decorativas
La pintura egipcia presenta los mismos defectos y las misma cualidades que la escultura. En general, solo complementa el efecto del modelo de los bajorrelieves; pero es testimonio de una maravillosa interpretación de la armonía de los colores. Procedimiento con tonalidades uniformes, ignora por completo la perspectiva y el claroscuro; los matices son casi siempre convencionales, como lo es casi siempre el dibujo. De todas formas, el trazo es de notable habilidad, y la pintura egipcia, por las escenas que representa, es una mina inagotable de preciosos documentos.
Los artistas egipcios fueron admirables decoradores. crearon objetos de adorno en todos los ramos del arte decorativo: alfileres para los cabellos, pectorales, pieles, frascos para perfumes, útiles de tocador y joyas de oro incrustadas en piedras y esmaltes, maravillas de gusto y de estilo en las que aún hoy se inspiran los mejores decoradores.



Técnicas en la pintura, el relieve y la escultura: En la obra artística de 2 o tres dimensiones la base era el dibujo preparatorio. Se utilizaba pautas cuadriculadas o conjuntos de líneas de guía para asegurarse una representación cuidada y precisa. Hasta la XXVI dinastía, las pautas del cuerpo humano se fundamentaban en el tamaño del punto de la figura, que se dibujaba en el ángulo, y que se relacionaba proporcionalmente con todas las otras partes del cuerpo. En teoría, la pauta tenía que rehacerse para cada figura de diferente tamaño; pero en la practica las figuras menos importantes se dibujaban a menudo a mano alzada. Los dibujos preliminares se inscribían dentro de estas pautas, y se convertían en un producto acabado mediante un largo proceso de corrección y elaboración. Evidentemente, los artistas trabajaban en grupos y probablemente se especializaban en sus respectivos cometidos.
Las pinturas se llevaban a cabo mediante ese proceso, un fondo de piedra o de argamasa preparado y enlucido con una capa fina de yeso. Los relieves se tallaban primero y después se pintaban. Ello comportaba la realización de un boceto y el tallado previo y luego de los dibujos que servían de base a la pintura.
Las obras de esculturas partían de bloques cuadrados, cuyos lados principales servían de superficies para las pautas y dibujos. Después la piedra iba siendo tallada sobre la guía del dibujo, y a medida que la obra progresaba se iban renovando una y otra vez los dibujos. Existen obra inconclusas que aún contienen la línea marcada del eje vertical por el centro de la cara. Como en el relieve, los estadios finales comprendían el pulido de la superficie, para eliminar las marcas de las herramientas, y la aplicación posterior de una capa de pintura.
Las dificultades técnicas de la escultura variaban notablemente según los materiales empleados, aunque los egipcios llegaron a dominar con las herramientas sencillas hasta los materiales más duros de que disponían. Está labor, que no escatimaba esfuerzos, fue el factor principal de éxito.
A principios del período dinástico ya se dominaban todas las técnicas fundamentales, de modo que el desarrolla artístico consistió principalmente en la elaboración de las formas representativas, y en la iconografía y la composición. Las herramientas básicas eran sierras de cobre (más tarde de bronce), barrenas y cinceles que se empleaban junto con arena húmeda, sustancia abrasiva a la que se debía la mayor parte de la incisión; se utilizaba también martillos de piedra muy dura. Éstos podían tener distintas formas; un ejemplar hallado en la Gran Pirámide tiene aproximadamente la forma y el tamaño de una pelota de tenis. En la escultura en madera, las herramientas y las técnicas usadas eran las mismas de la carpintería. Los instrumentos de hierro aparecieron hacia el año 650 a.C.
En las grandes obras escultóricas, los problemas técnicos se convertían en problemas de ingeniería. Las primeras fases de la labra de una escultura colosal tenía que más ver la obra de un cantero que con la de un artista. Tales estatuas probablemente eran transportadas en una fase próxima a la terminación, para aligerar su peso en la medida de lo posible, y se remataban finalmente en su destino definitivo. Su transporte implicaba la construcción de caminos y de barcos especiales, así como grandes trabajos de movimiento de tierras para situarlas en su emplazamiento definitivo.
La labra egipcia de la piedra produjo estructuras excavadas en la roca con técnicas afines a las de los canteros, montículos sólidos –las pirámides– y estructuras más convencionales y exentas. Es el trabajo de estas últimas el que vamos a describir ahora.
Sabemos muy poco de cómo se hacían los proyectos y planimetría de los emplazamientos; la mayor parte de las reconstrucciones que se han hecho de tales procesos son especulativas. Como quiera que se llevasen a cabo, lo cierto es que revelan una enorme experiencia para mantener un plano y un alzado precisos en el caso de una gran pirámide, o para construir los muros inclinados de un pilón.
Los cimientos de las construcciones egipcias eran a menudo sorprendentemente someros, consistiendo en una zanja rellenada de arena, y con unas hileras de tosca sillería en la parte superior (es probable que la arena tuviese a la vez valores simbólicos y funcionales). Sólo en el período grecorromano se emplearon cimientos sólidos de mampostería propiamente dicha, muchos de ellos con los materiales de derribo de construcciones anteriores demolidas para levantar otras nuevas.


En la mampostería, el mortero se usaba muy poco. La técnica consistía en colocar una hilada de bloques, nivelarlos en la parte superior y cubrir la superficie con una ligera mano de mortero, cuyo objetivo primordial era el de actuar como lubricante sobre el que se deslizaba y asentaba la hilada siguiente. Las caras inferiores y probablemente las juntas salientes de los bloques se labraban antes de su colocación. Cada bloque se empotraba directamente en el inmediato, pues las juntas saliente no siempre eran verticales ni formaban ángulo recto con la superficie. Incluso un solo bloque formaba a veces un ángulo interior, y los niveles de las hiladas horizontales quizá se mantenía solo en una distancia corta. En las juntas horizontales, por detrás de la superficie, a veces se colocaban abrazaderas de madera para proporcionar una mayor solidez o para prevenir deslizamientos mientras se colocaba el mortero. El propósito principal de toda la compleja técnica de las juntas era probablemente reducir al mínimo los materiales de desecho y aprovechar al máximo el volumen del bloque. Los ángulos de los bloques se cortaban a medida cuando se montaban, pero la superficie principal se dejaba sin labrar.
Es probable que los egipcios trabajasen sin instrumentos mecánicos de elevación; el método básico para elevar pesos consistía en enterrar el muro que se estaba construyendo en un montón de escombros. Esa rampa se iba continuando hasta que los muros alanzaban toda su altura. Las piedras se desbastaban, o bien desde las rampas a medida que se iban desmantelando éstas, o desde andamiajes de madera, que probablemente se utilizaban en una fase posterior para labrar la decoración en relieve. Las varias fases del trabajo de construcción frecuentemente avanzaban a la vez, de modo que podían trabajar simultáneamente los canteros, los proyectistas, los enlucidores, los tallistas de los relieves y los pintores. Como la mayoría de los templos egipcios no llegó a terminarse nunca, el estado en que quedaron los edificios inacabados quizá se consideró normal
 
 



Escultura
Comienza a representarse a faraones y dioses ya en las primeras dinastías, alcanzándose durante la cuarta dinastía el dominio absoluto de la técnica en elegantes representaciones de porte majestuoso con acabados pulidos en materiales tan duros como el granito o la diorita. Predominaba la "ley de la frontalidad"
Respecto al arte son notables también la escultura (carente de expresividad) y la pintura (carente de perspectiva).
Se observa en la estatuaria egipcia la misma unidad de estilo y de técnica que en la arquitectura. Aún en las estatuas más antiguas, la cabeza, en general, es cuidada y posee un vivo realismo; en cambio, el cuerpo es rígido, la expresión estática; los brazos están unidos al cuerpo, las rodillas juntas; la musculatura se indica apenas. Sin embargo, ya desde la época menfita, la estatua toma la apariencia de vida, desaparece la rigidez, los miembros se separan del cuerpo, y el escultor varia la actitud de sus personajes. Algunas de estas antiguas estatuas son obras maestras de realismo, como el admirable escriba sentado que se halla en el museo de Louvre.
Las estatuas del imperio tebano tienen más suavidad y son más convencionales. Con el segundo imperio se expande el gusto por lo colosal (los colosos de Ramsés II tienen más de 20 m de altura), pero persiste el estilo de la época precedente, con cierta búsqueda de la elegancia, en tanto que se acusa gradualmente el convencionalismo. El advenimiento de la dinastía saíta señala un renacimiento artístico; pero se nota cada vez más en la escultura el debilitamiento de la sinceridad y del realismo: es un arte de imitación.
 
 
 
Destreza de los artesanos: Los artesanos egipcios, que trabajaban bajo la protección real, alcanzaron un altísimo nivel en la fabricación de muebles, de objetos de adorno y de uso diario, y en la decoración. Ciertas técnicas, como la del trabajo en metal, tenían su origen en Mesopotamia, pero fueron perfeccionadas en suelo egipcio. Se dispuso de grandes provisiones de cobre del Sinaí y de Nubia, pero los trabajos en hierro y bronce no conocieron su máximo desarrollo hasta más tarde, puesto que los egipcios no tenían ningún acceso directo a las minas de hierro y estaño.
Los ricos veneros de oro de Nubia y del desierto oriental de Egipto proporcionaron a los faraones medios de intercambio comercial. Las caravanas iban y venían entre las cortes de Egipto y Tebas y las ciudades principales de las potencias del oeste asiático; cada uno de los reyes asiáticos ambicionaba el oro para embellecer sus palacios y aumentar su prestigio, y cedía, a cambio, muebles taraceados, metales y piedras preciosas. Probablemente, la materia decorativa conocida como mayólica egipcia fue también un invento y importado del occidente asiático, aunque fuese fabricada en Egipto desde épocas muy remotas.
El rico color azul, fue, en particular, solicitadísimo. Dicha sustancia consiste en una sustancia de cuarzo pulverizado recubierta de un barniz brillante. Los artesanos egipcios perfeccionaron también la fabricación de cristal opaco, que utilizaron frecuentemente en joyería o decoración de muebles como sustitutivo del lapizlásuli, la turquesa o el jaspe.
Los canteros, con el mero empleo de cinceles de cobre y taladradores, esculpían delicadas vasijas de piedra dura, como la diorita y el pórfido; utilizaban el alabastro por la belleza de su veteado, y el cristal de roca para la fabricación de copas de paredes tan delgadas como la cáscara de huevo. Los carpinteros daban muestra de una asombrosa habilidad en la fabricación de arquetas taraceadas y muebles. Los orfebres y joyeros elaboraban aderezos de complicada factura, y se trabajó el cobre para hacer con el diversidad de herramientas y de armas que, en manos de los orfebres y guerreros, contribuyeron a la grandeza del país.
 
 
 
 
Arquitectura
La arquitectura egipcia se caracteriza por su monumentalidad con el empleo de la piedra, en grandes bloques, con sistema constructivo adintelado y sólidas columnas.
Surge en una sociedad con un poder político fuertemente centralizado y jerarquizado, con una concepción religiosa de inmortalidad, al principio solo del faraón, que debía reflejar con su magnificencia.
Los egipcios fueron maravillosos constructores. Asombra la enormidad de sus construcciones; parecen como si hubieran querido construir para la eternidad.
Los monumentos más antiguos que se conocen son tumbas. Las del primer período (época menfita), son la pirámide, tumba real y la mastaba, sepultura de los señores y de los ricos. Subsisten un centenar de pirámides: las tres más grandes son las de Kéops, Kefrén y Micerinos, que tienen respectivamente 146m, 138m y 44m de altura. La mastaba, de dimensiones menores, era un edificio en forma de tronco de pirámide de planta rectangular. Construido en piedra o ladrillo, contaba en su interior con una capilla funeraria, un recinto tapiado que guardaba todas las "estatuas" del muerto, y un foso lleno de arena que finalizaba en la cueva donde reposaba la momia.
De los templos de la época menfita no quedan más vestigios que restos de capillas funerarias de las pirámides. En cambio, los de la época tebana han dejado ruinas grandiosas en Karnak y en Luxor, en el asiento de la antigua Tebas.
Las construcciones religiosas constituyen casi la totalidad de las obras arquitectónicas que se conservan. No está bien establecida la naturaleza del simbolismo que preside las construcciones funerarias (pirámides, mastabas y tumbas cavadas en la roca), pero en los templos el tema es relativamente claro. Es probable, que los principios fueran similares en ambos casos. Ese cosmos presentaba unas características ideales, purificado y separado del mundo cotidiano, siendo sus relaciones con el mundo terrenal de mera antagonía, no de una representación directa. Lo que se pretendía era que el morador del templo (o de la tumba) participase simbólicamente en el proceso mismo de la creación o en los ciclos cósmicos, muy especialmente los del sol.
Ese símbolo se expresaba en la planta y diseño de templos, así como en la decoración de muros y techos. Donde más fácilmente puede observase todo esto es en los templos del Período Grecorromano, que probablemente diferían muy poco de su significado de sus predecesores del Imperio Nuevo. La estructura está claramente separada del mundo exterior mediante un muro macizo de adobes que la rodea y que puede imitar o recordar el estado acuático del cosmos en el momento de la creación.
Dentro de este recinto está el pilón o muro de entrada principal, decorado en su cara exterior con escenas del faraón que destroza a sus enemigos. Lo cual viene a representar con seguridad magia. El pilón o pilono es el elemento más vasto del templo; visto en sección encierra el área que figura detrás dentro se su altura. Al mismo tiempo, sus dos macizos laterales, con el hueco que dejan en el medio, recuerdan el jeroglífico del "horizonte". La orientación teórica de casi todos los templos era de este-oeste (y como se fundaba en el Nilo y no en los puntos cardinales, las variaciones podían ser considerables), de modo que el sol "nace" a la entrada del pilón, envía sus rayos dentro del santuario, situado directamente en el eje, y sigue su curso a través del templo.
La parte más imponente del templo principal es la sala hipóstila o columnada, que comprendía adecuadamente el esquema decorativo del conjunto. Los capiteles de las columnas muestran plantas acuáticas, y el registro inferior de los muros reproduce, en relieve, unas plantas parecidas. Simbólicamente, la sala es el pantano de la creación. Los arquitrabes y techos tienen relieves representando el cielo, de modo que la decoración abarca el mundo entero. Lo que se reproduce sobre los muros es la actividad de este mundo. En lugar de un pantano, el registro inferior puede contener a los portadores de ofrendas que rinden pleitesía al faraón llevando los productos de la tierra para el sostenimiento del templo. En ningún caso forma parte del esquema principal, que es más abstracto y que consta de varios registros de escenas, dispuestas a modo de tableros de damas, mostrando al faraón que mira hacia el santuario, hace ofrendas y lleva a cabo unos ritos en honor del dios.
El dios, que fija su residencia en los templo, mira hacia afuera; las deidades reproducidas en los relieves constituyen una gama más amplia de la que son adoradas en cada templo. Muchas escenas reproducen los ritos celebrados en el templo, y otras tienen un significado menor específico. En el recinto del templo, el toma y daca entre el faraón y el dios constituye el centro de las actividades del mundo. Y la mayor parte de los relieves del recinto sagrado tienen el mismo carácter.
Las áreas interiores tienen el suelo más elevado y el techo más bajo que la sala hipóstila. Están contenidas pues dentro del área de la protección de la zona exterior y son más sagradas. Hay un cierto número de habitaciones relativamente pequeñas al rededor del santuario, cuyo muro externo imita el exterior del templo, formando una estructura dentro de otra estructura. El santuario representa el montículo de la creación y se relaciona con el pantano de la sala hipóstila; así pues, el recorrido hacia el santuario equivale a un recorrido por las diferentes etapas de la creación.
 
 Cuerdas, rampas y esfuerzo humano: Los constructores de la pirámide carecían de ingenios mecánicos; no habían descubierto la utilidad de la polea o del torno, de la manivela o de la grúa. Sus únicos recursos eran la cuerda y la palanca, una abundante provisión de piedra y barro, y una ilimitada mano de obra.
Aunque las herramientas de los egipcios eran pocas, sin embargo su ingenio y perseverancia eran extraordinarios. Con el simple esfuerzo de cientos de hombres arrastraban grandes bloques de piedra hasta rampas inclinadas construidas de ladrillo, cuya superficie de barro, humedecían para hacerla más resbaladiza. Sobre la dura tierra, los rodillos facilitaban el transporte de los bloques. Los equipos de arrastre utilizaban cuerdas tejidas con papiros retorcidos. Los bloque de piedra eran extraídos de la cantera hendiendo la superficie de la roca con cinceles de cobre, o a veces disponiendo una hilera de cuñas de madera empapadas, que, al hincharse, agrietaban la piedra. Cubetas de agua de ligeras paredes de barro, servían como niveles de aire cuando se necesitaba una superficie nivelada.
Los bloques extraídos de la cantera eran arrastrados hasta la orilla del río y embarcados hacia su destino; la hermosa y blanca piedra caliza que se utilizó para revestir la Gran Pirámide fue, probablemente, enviada hasta el borde del desierto, situado inmediatamente debajo del lugar de la pirámide, aprovechando la época de la inundación anual del valle.
En la construcción de un templo de piedra, el barro era utilizado como andamiaje interior. La altura del barro se elevaba a medida que los muros y las columnas crecían, de manera que a veces todo el interior de la construcción estaba lleno de barro hasta que se colocaba el tejado. Seguidamente, como la plataforma de barro iba descendiendo gradualmente, las esculturas y pinturas del templo podían ser llevadas por los trabajadores de arriba hacia abajo.
 
La Gran Esfinge: En tiempos del faraón Kefrén era visible únicamente la cabeza vacía en su interior, por la cual se podía entrar y salir a través de un estrecho y angosto pasillo subterráneo de piedra, cuyo acceso estaba situado más lejos. Parece que los sacerdotes paganos entrando en la cabeza por el corredor, hablaban al pueblo, introduciéndole así a creer que era la estatua la que en realidad hablaba.
El faraón Tutmosis IV (siglo XV a.C.) se había esforzado en arrancarla de la arena. Después de una fatigosa jornada de caza, cuenta que se quedó dormido a los pies de la esfinge y que oyó durante el sueño una voz que se dirigía a él: "Alza los ojos hacia mí y mírame Tutmosis, hijo mío; yo soy tu padre, el dios Harachte-Keper-Ra-Atun. Te daré poder real, la tierra te pertenecerá en toda su extensión. Los tesoros de Egipto y las riquezas de los demás países estará en tus manos. Desde hace largos años, mi mirada y mi corazón se han vuelto hacía ti. La arena del desierto sobre la que reposo me oprime. Promete que escucharás mi deseo. ¡ Porque tú eres mi hijo y mi salvador...!". Durante su primer año de reinado Tutmosis hizo liberar la estatua en obediencia al sueño, que quedó relatado en la estela colocada entre las patas anteriores de la esfinge. Pero la arena recomenzó lentamente su obra.
 
Dibujantes: Los artistas egipcios eran escribas profesionales que se especializaban en dibujo para los monumentos regios o funerarios. En ciertas tumbas sin acabar, como la del faraón Horemheb, es posible distinguir las diversas etapas de la pintura. Primero, los aprendices esbozaban las escenas con almagre en el yeso seco. Luego, los artistas más avezados hacían rectificaciones con trazo negro. Y por último, los pintores rellenaban las siluetas con colores, o bien los escultores tallaban en el fondo de yeso para dar relieve a la pintura.
 
 Herramientas: Se conocen bastante bien los utensilios empleados en las pirámides. Eran muy arcaicos, pues no se fabricaban más que de piedra y de cobre. En diorita se confeccionaban macetas y martillos; en sílex, mazos, barrenas y hachas. De cobre, único metal entonces conocido con el oro, los antiguos egipcios lograron fabricar excelentes herramientas, las principales de las cuales era el cincel, clásico instrumento plano de punta cortante; la azuela y la sierra, a menudo utilizada con un abrasivo de granos de cuarzo mojados. Para la extracción introducían en los cortes efectuados con la herramienta estacas de madera que, hinchadas al mojarse, hacían reventar la piedra y desgajaban el bloque. Resulta admirable la habilidad que dan pruebas los canteros y picapedreros egipcios con un instrumental tan rudimentario.
 
 Métodos de representación: En contraste con el arte occidental y con los recursos ópticos de la fotografía y de la cinematografía, la representación egipcia no se apoya en ninguno de los dos principios fundamentales de la perspectiva, como son el empleo del escorzo y la adopción de un punto de vista único para el conjunto de la pintura. En lugar de eso, las figuras son más bien diagramas de lo que muestran, siendo su objetivo principal el de proporcionar información. La superficie del cuadro se trata de ordinario, como un elemento neutro, no como un plano imaginario. Los rasgos espaciales son más comunes en los pequeños grupos de figuras. Esas características se dan en todo el mundo; la perspectiva, en efecto, sólo llegó a convertirse en norma de la representación muy lentamente, y su adopción parece haberse debido casi en todas partes a una influencia griega.
Entre los sistemas representativos no perspectivistas, el egipcio es uno de los más cercanos a la imagen visual. Permite una reproducción objetiva y matemáticamente precisa en la figura humana. La forma típica en que los egipcios pintaban un objeto consistía en recurrir a un agrupamiento de sus aspectos más característicos, dentro de un contorno que, a su vez, comunicaba gran parte de la información necesaria. Los varios aspectos se muestran sin ningún escorzo, lo que significa que las formas rectilíneas se reproducen de una manera precisa.
Tratándose de objetos con superficies curvas, el método resulta más paradójico y en muy contadas ocasiones se encuentran escozor, aunque no sean significativos para el sistema en su conjunto no hay que olvidar que en una verdadera perspectiva tales objetos plantean también mayores dificultades.
La representación de los objetos aislados queda ejemplificada mejor en el caso de la figura humana, que es una forma complicada. En este caso describimos una figura en pie y en reposo, aunque sean varias las posibilidades en las posturas y en los detalles. El tipo básico mira hacia la derecha. La cabeza es de perfil, en el que se sitúa una media boca, que puede tener una amplitud inferior a la mitad de una boca vista en su totalidad. Dentro de ese perfil se colocan el ojo y la ceja completos. Los hombros se muestran en toda su anchura, pero en la parte frontal del cuerpo, la línea de la axila a la cintura es un perfil que incluye la tetilla. La extensión del pecho puede mostrar detalles del vestido, y más comúnmente collares y tirantes u hombreras; pero, exceptuando ciertas figuras ocasionales que se vuelven o que aparecen en otras posturas inusuales, no se reproduce ninguna parte específica del cuerpo. La línea que une la axila trasera a la cintura no pasa de ser, asimismo, una línea de conexión. La cintura se muestra de perfil, como lo están las piernas y los pies.
El ombligo está situado cerca de la línea frontal de la cintura, que a menudo se abomba ligeramente en ese punto (de otro modo no podría mostrarse en el perfil). La manera de reproducir los pies es un ejemplo más de como la forma es antes un agrupamiento de cosas que una visión de conjunto. Hasta la XVIIII dinastía, e incluso posteriormente, ambos pies se reproducían por la cara interna, indicando el dedo gordo y el arco plantar. Como los arcos no pueden mostrarse de otra manera sin indicar a la vez la profundidad, el pie entero se separa del suelo para formarlos. Ese rasgo cobra vida por sí mismo y puede verse el otro pie a través del hueco del arco, y así se interpretaba visualmente lo convencional del dibujo. Ésta es una de las incontables modalidades que el propio sistema generaba.
En el lenguaje egipcio, color, piel y naturaleza son palabras que se relacionan. Una figura sin color no estaría completa, y por ello la ausencia intencionada de color resulta extraña. El color es tan diagramático como las figuras a las que se aplica. Dado que no se intenta dar una visión de conjunto del objeto, la luz y la sombra son irrelevantes. El color es uniforme en toda la figura; puede ser de un solo tono o contener una mezcla o trama, como las que se usaban para reproducir la fibra de la madera o la piel de algunos animales. El repertorio básico de colores es reducido: negro, blanco, rojo, amarillo, azul y verde. A partir de la XVIII dinastía la gama se va ampliando, aunque todavía se mantiene simple y clara. Los colores no se mezcla y son pocas las transiciones de uno a otro. Pese a la omnipresencia del color, lo que predomina es la línea, y nunca se convierte aquel en el único medio para proporcionar información. Los contornos se destacan mediante colores contrastantes, principalmente el negro.
Dos son las modalidades fundamentales para la composición de escenas fundamentales y de murales enteros: la de disponer los elementos sobre una superficie neutra o de utilizar la superficie como un área pintada plana, tal como lo hacemos en los mapas. La primera de estas modalidades es casi universal, en tanto que la segunda sólo se utilizó con unos objetivos específicos y durante periodos determinados.
La base de la composición, según la primera modalidad, es el registro. Las figuras están de pie sobre unas líneas horizontales llamadas líneas de base, que pueden representar el suelo, aunque con más frecuencia aún lo hacen y están espaciadas sobre la pared. Las escenas relacionadas entre sí pueden estar yuxtapuestas en un solo registro, pueden leerse en secuencias hacia arriba o hacia abajo sobre la pared, o pueden seguir ambos sistemas. Dos versiones diferentes del mismo conjunto de escenas pueden organizarse en forma opuesta; lo que demuestra que la posición de la pared no aporta información por sí misma.
Ejemplos de otra modalidad que podríamos denominar "topográfica", son los planos de casas y zonas del desierto. En ambos casos el contorno que define al mapa puede servir también como línea base para las figuras pintadas en los registros. En algunas ocasiones un grupo de figuras dentro de una composición "topográfica" se representan un conjunto de fajas verticales que coinciden sorprendentemente con imágenes de recesión en el campo óptico.
Una característica de capital importancia en toda representación egipcia es el tratamiento de la escala, que constituye, junto con la iconografía, el principal recurso de expresión ideológica. Dentro de una figura, las partes aparecen en proporción natural, y eso ocurre a menudo en escenas enteras; pero el conjunto de las composiciones se organiza a escala en torno a sus figuras principales. Cuanto mayor es la figura, más importancia tiene. En las tumbas privadas, la figura del titular ocupa a menudo toda la altura del área del muro destinada al relieve, hasta con seis registros, cuyas escenas está "viendo" el propietario, vuelto hacia ellas.
Puede tener una estatua varias veces superior a la de su mujer y de sus hijos, cuyos brazos rodean sus pantorrillas. El faraón domina y destaca sobre sus súbditos. En los relieves de batallas del Imperio Nuevo, una imagen enorme del rey y de su carro ocupa a veces la mitad del espacio dedicado a la representación, mientras que el resto lo cubren soldados egipcios, los enemigos derrotados y una fortaleza enemiga levantada sobre una colina y repleta de personajes minúsculos hacia los que el rey tiende la mano para prenderlos. La lógica visual interna y el mensaje ideológico gana así verosimilitud. Los principales relieves con pocas variaciones de escala se encuentran en os templos, en los que solo aparece normalmente el faraón y las divinidades, todos ellos de una categoría equiparable. La escala puede también ajustarse por razones de estilo. Así los portadores de ofrendas de todas las épocas conducen a menudo minúsculos animales, cuyas piernas se superponen en una composición que economiza espacio y que da origen a una bella agrupación. En el extremo opuesto, los oferentes del siglo IV a veces llevan sobre sus hombros unas ocas descomunales; la razón parece residir en una exuberancia estilística.
En la mayor parte de las obras hay una idealización omnipresente: las cosas se muestran como debería ser, no como son en realidad. La idealización no obstante, es tan selectiva como el tratamiento de la escala. Las figuras principales presentan una forma ideal, las más de las veces en una madurez juvenil, mientras que las mujeres son todas jóvenes y esbeltas.. Por lo general, están en reposo. Por otra parte, las figuras subordinadas se representan a veces arrugadas, calvas y deformes, al tiempo que discuten o luchan. Los detalles de ese tipo son muy frecuentes en las tumbas más refinadas del Imperio Antiguo, en las que han podido añadirse para dar un mayor relieve y personalidad a las escenas. Están ausentes, por el contrario, de las representaciones de los templos, que reflejan un mundo abstracto y fuera de tiempo.
 
 
 
 
La Escritura.
Evolución de la escritura
La escritura progresó desde los cortos períodos de signos pictóricos hasta el desarrollo de una caligrafía que disponía de un amplio número de signos. Los egipcios descubrieron una superficie para escribir muy superior a las tabletas de arcilla de Mesopotamia: el papiro. La médula de la planta del papiro fue cortada en tiras de la misma longitud, colocándolas, una vez planas, unas junto a otras hasta conseguir unas tersas láminas en las que los escribas escribían con tinta. Papiro es el inicio de la palabra inglesa " paper ".
 
 
La escritura jeroglífica.
Los egipcios tuvieron una religión politeísta y naturalista que desempeño un papel muy importante en la escritura, la vida política, social, económica y artística del pueblo. En el período predinástico, los egipcios crearon una escritura simbólica en la que utilizaban figuras convencionales llamadas signos pictográficos, de los que servían para representar ideas o palabras. Estas escritura se desarrolló a 600 a.C., y recibió el nombre de escritura jeroglífica ("tallada sagrada"), ya que fundamentalmente se empleaba en los textos sagrados.
La forma inicial de esta escritura se modificó para facilitar su utilización en escritos de carácter administrativo y comercial, dando con ello lugar a otros 2 tipos de escritura más simplificada: la hierática, que al no ser sino una reducción de la jeroglífica resultaba aún demasiado complicada para ser utilizada por la gente común; y la demótica, que sustituyó a la anterior a partir del siglo XVII a.C., y fue la que utilizaron los escribas para realizar más rápida su tarea de registrar las múltiples actividades del imperio.
Al iniciarse el Imperio Antiguo fue ideado un sistema que contaba solamente con 24 signos silábicos. Esto representó un adelanto sorprendente, cuyo siguiente paso —la separación total de los caracteres silábicos en signos vocálicos y consonánticos independientes— estaría reservado a la inventiva fenicia, 1500 años más tarde.
Durante siglos la escritura jeroglífica permaneció sin descifrar. El egiptólogo francés Jean Francois Champollion (1790-1832) estudió pacientemente una inscripción fragmentaria grabada en basalto: la piedra Rosetta. La inscripción incluía la versión en lengua griega de las escrituras hierática y demótica. Tras un minucioso estudio comparativo, Champollion halló la clave que le permitió descifrar los jeroglíficos egipcios.

 
 
El "libro de los muertos".  Título dado, en los primeros decenios del siglo pasado a la serie de capítulos, o mejor dicho, de poemas, fórmulas mágicas, conjuros e himnos a divinidades que se leen en el rollo de papiro que se encuentra ene el interior de las tumbas o en el sarcófago, junto al difunto.
El uso de acompañar a los muertos con textos religiosos funerarios es antiquísimo. En el reino medio. fórmulas y poemas mágicos aparecen trazados sobre las paredes de sarcófagos de madera y constituyen el conjunto llamado textos de los sarcófagos. Al aumentar el número de textos a principios del imperio nuevo, fue necesario valerse de una mayor superficie, de donde surgió la costumbre de transcribirlos en telas o lienzos de lino o en rollos de papiros. Finas decoraciones y viñetas policromadas acompañan y embellecen a menudo estas copias. No todo los ejemplares contienen igual número de capítulos o poemas; ni éstos se suceden siempre en el mismo orden, ni constituyen un conjunto ordenado de partes, ni están ligados según una disposición orgánica o lógica. El principio y el final, en su estricto significado, faltan siempre. Sólo en la Baja Época empiezan a dibujarse un principio de agrupación coordina de los capítulos. El "libro de los muertos" se escribió primero en caracteres jeroglíficos; después en caracteres hieráticos, y mas tarde en demótico, el vulgar de los bajos tiempos. Se creía que el difunto podía resucitar luego de ciertas ceremonias mágicas practicadas sobre su cuerpo y que vivían en la tumba como en su casa, pudiendo incluso salir de ella a su antojo.

 Sobre un ejemplar del libro de los muertos de la XXVI dinastía, conservado en el museo de Turín, se basó el alemán Lepsius para hacer una clasificación del heterogéneo contenido, que ha llegado a ser tradicional.. Lepsius catalogó al rededor de ciento sesenta y cinco capítulos, aunque sus sucesores han llegado a ciento ochenta y seis. La subdivisión que hizo, aunque discutible, sirve para poner un poco de orden en el conglomerado de fórmulas rituales, sortilegios, himnos y mitos que codifican creencias y usos anteriores, a menudo contradictorios, mal agrupados por un sincretismo tan piadoso como confuso.

 
 
Textos de los sarcófagos. Con está denominación, adoptada por el uso, se conoce la serie de poemas y fórmulas de contenido mágico-religioso, cuya primera edición es debida a P. Lacau, y la mas reciente y ampliada, a De Buck. Se encuentran escritos en jeroglíficos cursivos en las paredes de los sarcófagos egipcios del reino medio (siglo XXXVII a. C.), en número variable, a menudo en fragmentos, según la superficie del sarcófago destinada a dicho fin, la clase social del difunto, las diversas tendencias del templo, la popularidad de los textos o, incluso, el capricho del recopilador, sin que se observe ninguna norma fija. Las fórmulas y los poemas constituyen la literatura funeraria de transición entre los textos de las pirámides y el "libro de los muertos". Incompletos y fragmentarios, son interesantes por que transmiten noticias preciosas sobre divinidades, la ultratumba y la vida que llevan allí los difuntos, y sobre concepciones completamente nueva respecto a los textos de las pirámides, considerados mas antiguos.
 La divinidad máxima de la época es Ríe, el dios Sol, rey del cielo, a cuya corte entra el difunto como dependiente o como seguidor. Son frecuentes las menciones de Osiris, de su mito y de las divinidades relacionadas con él. El mismo difunto puede ser comparado a Osiris y puede personificar las vicisitudes de su pasión y resurrección. A principios del imperio nuevo(siglo XVII a. C.), resultando insuficiente la superficie del sarcófago para las fórmulas y poemas, y paulatinamente modificados y aumentados en números y longitud se extendió la costumbre de copiarlos, preferentemente, en papiro, que se colocaba en el sarcófago, junto al difunto; está es la redacción de textos mágicos-religiosos, conocida bajo la denominación corriente –aunque impropia– del "Libro de los Muertos".
 
 
 Textos de las Pirámides.  Los orígenes de la literatura egipcia se pierden en la oscuridad de la prehistoria. Los textos de la pirámides eran antiquísimos y sagrados cuando fueron grabados. En tumbas anteriores al año 300 a C. se han encontrado inscripciones sin valor literario; que indican los nombres de los muertos o indicadores del contenido de los recipientes
En la actualidad se designan comúnmente como textos de las pirámides las largas inscripciones jeroglíficas en las paredes de las salas y los corredores de las cinco pirámides de Sakkarah. La primera de ellas construidas por Una último rey de las V dinastía; las otras cuatro. por Tepi, Pepi I, Meren-Ra y Pepi II de la sexta dinastía. Entre los reyes de las dinastías precedentes sobresalen Menes, fundador de la primera dinastía; Udimu primer "Nesutbit" o sea "aquel que pertenece al junco", símbolo del sur y "a la abeja", símbolo del delta y por lo tanto "señor de los dos países"; Zozer, quien ordeno edificar como tumba la pirámide escalonada. La IV dinastía comenzó con Snefru, quién fue el primero en agotar el blasón oval derivación del sello de los títulos reales.
Snefru tuvo por hijo y sucesor a Kéops, que en el lugar que ocupa la actual Gizeh construyó la gran pirámide, denominada por él "La Gloriosa". Dichos textos constituyen un manantial de noticias acerca de las creencias de los primitivos egipcios y también dan a conocer algún particular hecho histórico. Plegarias, himnos, encantamientos no tenían otro objeto que obtener la gloriosa resurrección del rey destinado a convertirse en dios y asegurarle, en el otro mundo, poder real, todo género de ventura y vida duradera. Con el transcurso de los siglos, la fe en la eficacia de las fórmulas mágicas disminuyó y aumentó la creencia, más espiritual, en el poder de las plegarias de los vivos; sin duda contribuyó poderosamente a tal evolución el influjo de la religión de Osiris, que antes del fin de la VI dinastía, se había extendido por todo Egipto. En efecto está religión prometía a todos sus fieles, sin distinción de clases sociales, aún vida ultraterrena y consecutiva a una resurrección de Osiris, encarnación del gran dios, primordial creador del cielo y de la tierra.
Entre lo ritos fúnebres explicados por los textos de las pirámides. sobresale el de la simbólica "abertura de la boca" al rey muerto, que tenía por objeto restituirle toda capacidad vital durante todo el período de las primeras dinastías. La ceremonia se realizaba sobre una estatua del rey; en la fase siguiente, en la de la resurrección, el rey estaba representado por un sacerdote que, yacente en un pequeño lecho, se fingía muerto, para sentarse después, como si renaciera, tan pronto como se pronunciaba determinada fórmula. La liturgia de las ofrendas consistía en la presentación de ciento cincuenta de ella, entre comestibles, bebidas y diversos ungüentos, cada uno acompañado de una fórmula que se creía transformaba el alimento en una sustancia incorpórea adecuada para nutrir la materia del rey.
Naturalmente, los himnos y las plegarias contienen mayor poesía. Es probable que los versículos también tuviesen metro, pues la forma es muy refinada, rica en adornos, y presenta asimismo la antiquísima fórmula del parallelismus membrorum.
En los textos de las pirámides reconocemos el más importante "corpus" de fórmulas y poemas funerarios, religiosos y mágicos del Egipto más antiguo. Aunque su redacción es fácil de datar, por ser contemporánea a la construcción de las pirámides, su composición se remonta a una edad imposible de precisar, pues a través de millares de líneas jeroglíficas se advierten concepciones religiosas y mitológicas diversas y discordantes, noticias y ecos de acontecimientos políticos e históricos, que pertenecen a un período bastante anterior a la V dinastía. Una parte importante de los textos se refiere a las ceremonias y fórmulas mágicas para la resurrección del difunto y su sucesiva ascensión a la ultratumba, colocada en el cielo. Una parte no menos amplia e importante es la que nos da noticia de las diversas concepciones del cielo, con detalles descriptivos sobre las localidades celestes, divididas en orientales, meridionales, occidentales y septentrionales.
 
 
El mundo de ultratumba era imaginado como reproducción del país egipcio, con sus campos, pastos, canales y lagos recorridos por las barcas maniobradas por barqueros, y castillos de los dioses. A las citadas localidades eran contrapuestas otras, subterráneas, en el "cielo de la noche", también pobladas de seres divinos. Los datos que los textos ofrecen para la reconstrucción de este "cielo inferior" sepultan algo imprecisos y vagos, en comparación con la abundancia de datos referentes al "cielo superior" y con lo que podemos leer en el "Libro de lo que existe en el Te’e" así como en el "Libro de las puertas", etc.
El difunto en la ultratumba según una concepción, efectúa sus abluciones por la mañana en los numerosos lagos situados en la región oriental del cielo; encuentra su alimento, en abundancia, en el Campo de la Nutrición, que hay que buscar en la región septentrional; desempeña varios cargos: es estribano y banquero del dios Ríe, despensero de los dioses, etc.; posee, igualmente, casas, sillas, criados. En cambio, según otra concepción, es un ser astral, que forma parte del séquito del dios Ríay, como el dios, sale y se pone. La lectura seguida de los textos de las pirámides puede resultar pesada y monótona por el desorden conque, a menudo, se suceden los poemas y por las frecuentes repeticiones de imágenes y conceptos; pero hay que reconocer la lozanía y vigor de la expresión, la originalidad de muchos conceptos que en los textos captamos en su expresión antigua. Los verbos y vocablos se corresponden armoniosamente en la disposición sintáctica dela frase para la perfecta creación de la imagen, y para comunicarla nítida, sin halagos ni elegancias convencionales. El conocimiento de los textos de las pirámides, es importante para todo el que desea estudiar la religión y la civilización egipcia.

 
 
 
El canto y el baile.   Los egipcios gozaban de la vida. Las escenas de fiestas en las paredes de las tumbas, los cánticos en los papiros y los instrumentos conservados, nos muestran lo mucho que significaba la música y la diversión. Celebraban grandes festivales públicos, en los que se entretenían millares de personas con cantos de música de flautas, arpas y castañuelas, y se bebía mucho vino. También se ejecutaba música en muchas ocasiones cotidianas. Cuando los vendimiadores pisaban la uva, otros hombres golpeaban rítmicamente dos palitos; los labradores les cantaban a sus bueyes mientras éstos trillaban el trigo con sus pezuñas; una princesa tañía el arpa cuando su esposo se relajaba en un diván; a lo largo de una procesión, los danzarines daban saltos mortales. No sabemos exactamente cómo sonaba la música egipcia, pero seguro que en un banquete tocaría un pequeña orquesta, con secciones de viento y de percusión, y es probable que la música fuera muy acompasada.
Las arpas variaban mucho de tamaño: algunas eran tan grandes como el que las tocaba. También era diverso el número de cuerdas, desde 4 hasta más de 20. Los címbalos de bronce podían subrayar el ritmo de una pieza de música con una serie de choques metálicos agudos. Combinados con los tambores y panderetas, los címbalos conferían a la música una calidad animada.
La flauta de carrillo, es uno de los instrumentos más antiguos. Se hacían de cañas de madera ahuecadas. El sistro era manejado por mujeres nobles y por sacerdotisas en las ceremonias. Quienes lo utilizaban, llevaban a la vez un collar sagrado llamado Menat. Estaba vinculado al culto de la diosa Hator, que representaba la alegría y la pasión por la música y la danza

Hasta la fecha, los egiptólogos no han logrado ponerse de acuerdo respecto a aquello que pudo ser la creencia primitiva del antiguo Egipto en asuntos religiosos.

Existen en primer término, cuestiones de orden cronológico muy difíciles de superar. Luego, también la diversidad de sistemas religiosos usados más tarde en cada una de sus provincias (nomes) del Egipto antiguo. Cada una de ellas tenía sus dioses ritos especiales con lo cual de dificulta el trabajo en torno a la forma primitiva de su mentalidad religiosa.



Es sabido que la historia de Egipto no se ha registrado con relativa exactitud sino a partir del siglo VII a. C. Anterior a está fecha, la cronología se da e dinastías.
Cálculos aproximados, sitúan la primera dinastía hacia el año 5,500 a.C., dinastía fundada por Menes. Este soberano encuentra establecido todo un sistema jerárquico de dioses, a cada uno de los cuales está consagrada alguna de las grandes ciudades. Subsiste así el problema sugerido de averiguar cuál haya podido ser la religión que estableciera dicha jerarquía de dioses.
Los investigadores se deciden sea por el monoteísmo, el politeísmo, el henoteísmo (culto a un dios principal, sin excluir a los secundarios); el totemismo, animismo, religión solar o adoración del sol y adoración de la naturaleza.
Las últimas 2 formas tienen a su favor hechos muy importantes, como verbigracia, el ser fuerzas elementales de la naturaleza algunas de sus divinidades más importantes. Tales, verbigracia, Ra (el sol), Nut (el firmamento), Set o Tyfón (la tierra). Además, sus grandes leyendas religiosas, inseparables de su complicadísima mitología, hacen de Osiris (una de cuyas múltiples actividades es la de personificar las fuerzas y fecundidad de la naturaleza), de su mujer Isis y de Horus, su hijo, divinidades del orden natural.
 
 
El sol, un nuevo dios.  Hace 14 siglos antes de Cristo se produjo en Egipto una revolución religiosa. El faraón Amenofis IV que cambia su nombre por el de Akenatón, servidor de Atón, concibe un dios superior a todos los demás: el Sol, más que como objeto es visto como una fuerza, una "energía" divina, creadora de todo lo existente. El faraón cambia su capital a una nueva ciudad: Tell-el-Amarna que deberá ser amplia, llena de luz, sin supersticiones, ni templos oscuros, ni magia. Impone como dios único y verdadero en todo Egipto, al disco solar con el nombre de Atón. Este monarca fue suegro de Tutankhamón, uno de los pocos faraones que lograron que lograron descansar sin ser profanados. En el año de 1923 un arqueólogo inglés, Howard Carter, descubrió la tumba de Tutankhamón y rescató un tesoro de arte valiosísimo que ha permitido reconstruir con fidelidad la época.
 Culto a los muertos y la construcción de pirámides. La religión constituía un aspecto fundamental de la vida de los egipcios, y su significación se prolongaba incluso después de la muerte. De aquí el culto sumamente especial y fervoroso que rendían a los muertos. Este pueblo creía firmemente que, después de morir, el alma del hombre viviría feliz sólo si se daba un tratamiento especial al cadáver para preservarlo de la corrupción. De esta manera perfeccionaron el proceso de conversión llamado embalsamiento, por el cual convertían los cadáveres en momias que colocaban en sarcófagos. Estos se decoraban con mayor o menor suntuosidad, dependiendo de la jerarquía social del muerto.
En la tumba se depositaban diversos objetos que, se creía, el difunto podría necesitar o echar de menos en la otra vida. Aves y gatos, entre otros animales, eran también embalsamados para servir de compañía a los hombres en su viaje al otro mundo. No podía faltar la inclusión de un papiro en las que se consagraban las virtudes y buenas obras del difunto, con la finalidad de que fuera juzgado indulgentemente por Osiris, el dios de la otra vida, en el tribunal de los muertos.
Las pirámides constituían las tumbas más fastuosas e imponentes, pues en ellas se daba sepultura a los faraones. Las más importantes son las de Keops, Kefrén y Micerino, a orillas del río Nilo.
La edificación de estas construcciones ha sido objeto de admiración de todas las generaciones posteriores. Consideradas como una de las siete maravillas del mundo antiguo, representan una obra de ingeniería que aún hoy constituiría un reto tratar de igualar. Fueron erigidas a impulsos de un sentimiento religiosos sumamente intenso, así como a los de trabajo forzado de millares de esclavos.
La religión egipcia atravesó por diversas etapas y vicisitudes. Recorrió el largo camino que va desde el politeísmo hasta una especie de monoteísmo con resabios filosóficos. Los dioses principales de la religión politeísta (unos 700 aproximadamente) fueron Amón-Ra, Osiris, Horus e Isis. Por lo común, se representaba a las deidades con figuras de animales, para simbolizar con ello su diversidad de funciones y atributos.
Durante el siglo XIV a. C., el faraón Amenofis IV repudió la adoración a varios dioses e implantó el culto a una sola divinidad, Atón, el disco solar. Amenofis adoptó el nombre de Akenatón ("el que agrada a Atón") e hizo borrar de todos lo monumentos los nombres de los dioses adorados por los egipcios. Sin embargo, a la muerte de Akenatón se instituyó de nuevo el antiguo politeísmo, debido principalmente a los intereses de la clase sacerdotal cuyas prerrogativas habían sufrido un duro descalabro con la reforma monoteísta del culto a Atón.
De todos los monumentos de piedra conocidos en el mundo, son las pirámides las que han causado desde siempre mayor admiración e interés, en especial la atribuida al faraón Keops, que suele recibir el nombre de Gran Pirámide. Pero así como se han dedicado a estas construcciones elogios de toda clase, tampoco han faltado los personajes, de todos los tiempos, que han querido ver en ellas un ejemplo de la vanidad de los hombres.
La toponimia es la ciencia de descubrir el sentido de una palabra, casi siempre lugar geográfico, a partir del nombre que tiene en la actualidad y comparándolo con el que tuvo en otros tiempos.
Esta ciencia quiso aplicarse con el origen de la palabra pirámide, sin saber si era de origen egipcio, judío, griego, o muy anterior, perteneciente tal ves a una lengua que ya no existe. Por culpa de este desconocimiento se ha querido dar varios significados a la palabra.
Algunos autores han querido ver la relación 3.1416 en el nombre de la pirámide, recordando que la suma de los cuatro lados de la base dividida por la mitad de la altura es aproximadamente igual a pi. La siguiente partícula, que es Ra, coincide según ellos con el Ra, o dios solar, tan respetado por los egipcios, y vienen así a confirmar que la Gran Pirámide fue un templo dedicado al culto solar, entre otras cosas. Según otros expertos, dicen que esta palabra se inicia con el término griego pyr, que significa fuego. Surge entonces una alternativa : que la pirámide tiene forma de llama, explicación que parece ridícula para quienes quieren aproximarse a la verdad.
Se tiene la casi certeza de que el primer constructor de pirámides en Egipto fue el legendario Imhotep, el ingeniero más grande de su época, muy superior a Dédalo, autor del laberinto de Creta donde sería encerrado el Toro de Minos.
 
 
 
 Creencias religiosas
Practicaban la zoolatría (culto a animales), creían en la encarnación en animales, por ejemplo APIS, el buey negro de Memfis; Meru Hur el toro blanco de Heliópolis .
El pueblo egipcio era muy religioso. Cada provincia tenía sus dioses particulares, pero sobre todo adoraban a una triada, y la figura principal era el dios Sol, llamado Osiris en Abydos, Phtah en Menfis, Ra en Heliópolis, Amón en Tebas.
 
 Cada dios tenía una mujer y un hijo: la mujer de Osiris era Isis y su hijo era Horus, el cual simbolizaba al sol naciente. A cada dios se le atribuía una historia propia , un mito que variaba de una provincia a otra. Eran representados con forma humana o animal, o bien con forma mixta: mitad animal, mitad humanos: Horus se representa como un hombre con cabeza de halcón. Los egipcios consideraban sagrados a un gran número de animales como por ejemplo el buey, el escarabajo, el ibis, el cocodrilo, el gato, halcón. Cada dios se representaba bajo las formas de estos animales, que los sacerdotes reconocían por determinados signos y al cual rendían culto. El más conocido de estos cultos es el del buey Apis, reencarnación de Phtah en Menfis; Apis tenía su templo y sus sacerdotes; después de su muerte se le embalsamaba y su momia se depositaba en un cementerio especial, el Serapeum, descubierto por el sabio francés Mariette en 1851.
 
 Daban especial importancia al culto de los muertos. Creían en una forma futura e imaginaban, sobre todo a los primeros tiempos, que el hombre poseía un "doble", especie de replica del cuerpo, invisible e inmaterial, el cual, después de la muerte debía encontrar asilo en una tumba; pero para que este pudiese vivir, el cuerpo debía de ser preservado de la destrucción.
Por esto se embalsamaban los cadáveres, convirtiéndolos en momias, las cuales, depositadas en sitios secos, al abrigo de las crecidas del Nilo se conservaban indefinidamente.
Creían que el destino del alma después de la muerte, su destrucción o felicidad dependía de la conducta que el individuo había practicado en vida. Para que el muerto pudiese defender su causa ante el tribunal de Osiris, se colocaba al lado de su sarcófago el Libro de los muertos, especie de guía para el otro mundo, donde el muerto encontraba las indicaciones de todo lo que debía hacer par justificarse ante sus jueces.
Razón tenía Herodoto, el gran historiador griego, al referirse a los egipcios como "los mas religiosos de todos los hombres". Admirando este ilustre viajero de la proliferación de los dioses en las tierras del Nilo, dijo igualmente de sus habitantes : "Oh buenas gentes, a quienes hasta en sus mitos huertos nacen dioses".
Otra de las causas del atraso de la verdadera cultura y por lo mismo de la especulación filosófica entre los egipcios, fue la organización misma del estado absolutista, bajo la autoridad despótica y omnímoda del Faraón. A este se consideraba como hijo de dios y personificación de la divinidad en la tierra, a su muerte, entraba a figurar, automáticamente, entre los dioses inmortales.
Las nobles conquistas del espíritu y la razón, una de las mas gloriosas de las cuáles es la filosofía, o la investigación del como y el porqué de las cosas, no medra allí donde la fuerza bruta sojuzga al espíritu y donde el látigo del amo habla mas recio que todas las voces del alma.
No fue otro el medio en que vive su historia el Egipto faraónico. La enormidad de las realizaciones materiales de este pueblo, en pirámides, ciudades, templos, estatuas, canales, mausoleos, etc., no guarda proporción de ninguna clase con lo escaso de su desarrollo espiritual.
Tan solo un pueblo de esclavos, bajo la consigna de un déspota, pudo haber levantado aquellos inútiles colosos de materia., ninguno de los cuales tiene la grandeza espiritual y eterna que admiramos, verbigracia, en las grandes creaciones del arte y el pensamiento de griegos.
 
 Animales del valle del Nilo. Los antiguos egipcios compartían su espacio vital con muchas fieras, aves réptiles y peces diferentes. En los desiertos a oriente y occidente del valle del Nilo había feroces leones y toros salvajes, así como tímidos antílopes y gacelas. De esos animales, unos perseguían a sus presas y los otros pastaban en las márgenes de la vega que se inundaba. La quietud de la noche podía quebrarse repentinamente por los tétricos aullidos de las hienas carroñeras y los chacales que se disputaban unos despojos. En los macizos de papiro a orillas del Nilo había nidos de aves como patos, cormoranes, pelícanos y abubillas. En las riberas del río acechaban cocodrilos, y en el agua podía verse hipopótamos a cuyo alrededor evolucionaban percas y barbos. En muchos objetos egipcios antiguos aparecen animales. Se consideraban que formaban parte del "sistema del mundo" establecido por el dios-sol y que eran versiones terrestres de muchos dioses. En los jeroglíficos también usaban símbolos de animales.
Los carneros simbolizan a algunos de los dioses más importantes del antiguo Egipto. El peligro de ser atrapado y devorado por un cocodrilo llevó a los egipcios a tratar de ganarse a estos peligrosos seres. Por consiguiente, el cocodrilo pasó a ser el símbolo del dios Sobek, y los sacerdotes adornaban a los cocodrilos sagrados con joyas y a su muerte los momificaban.
El hipopótamo macho era un animal de mal agüero debido a su asociación con el dios Set, enemigo de Osiris y Horus, dueños legítimos del Egipto. En realidad, los hipopótamos podían volcar fácilmente un barco de papiro y, por esta razón, se les daba caza con frecuencia.
El león representaba la fortaleza y el poderío, y por ello paso a ser el emblema del rey-sol. Raramente se muestra a un león cazado por alguien que no fuese el faraón. A la diosa Hator se la solía representar como una vaca entre los macizos de papiros. Los gatos consagrados a la diosa Bastet se momificaban una vez muertos. Se los envolvía con tiras de telas y se les pintaba la cara para hacer que parecieran aturdidos o tontos.
 
 
Mitología y religión. Vestigios de especulación filosófica. La doctrina del alma y su inmortalidad. Es posible descubrir, con todo, algunos intentos de especulación filosófica, entresacados del laberinto de la mitología. Allí aflora la doctrina según la cual todo ser viviente, no importa si dios, hombre o animal, posee un elemento que lo anima. Es el ka o "sombra" (alma), verdadero el "doble", que sobre vive al cuerpo y más al real y permanente que el mismo objeto que anima. El ka necesita, por naturaleza, la morada de un cuerpo u objeto material para subsistir.
De aquí la costumbre del embalsamiento y momificación con la imagen del difunto, para que el alma (ka), presente al lado del cadáver, se consuele y tenga morada visible. Ello explica también porque para lo egipcios, la casa o habitación de los vivos, no era sino a modo de posada u hospedería, mientras que el sepulcro la morada eterna.
De la misma doctrina es responsable, además del culto de los muertos y de la doctrina de la inmortalidad, la adoración y culto de los animales, tan generalizada en ese medio y la creencia en la virtud mágica de los hombres. Esto es inseparable de las prácticas esotéricas del ocultismo egipcio, pues al igual que de una morada visible, la supervivencia de la persona después de la muerte, era inseparable de la preservación de su nombre, según lo explica el Libros de los muertos.
Del más allá.. En las tradiciones filosóficas de la casta sacerdotal (el segundo poder después del faraón), descubrimos un doctrina mas racional relativa a la inmortalidad y la vida futura. Según ella., el hombre está integrado de tres elementos : el khat o cuerpo , el Khu o espíritu, emanación de la esencia divina y el alma, que se denomina Ka, mientras reside en la momia o estatua del muerto y Ba, si desencarnada.
Como Ba se representa al juicio después de la muerte al comparecer ante Osiris y los cuarenta y dos jueces. Allí es pesada en la balanza por Horus y Anubis, mientras Toth, registra el resultado.
Los buenos entran al Aulu, especie de "Campos Elíseos". y los malos van al infierno y empiezan el tormento de las transmigraciones en cuerpos de animales, que pueden terminar en el aniquilamiento. Pero cualquiera que sea la suerte del alma, en último termino, regresa a unirse nuevamente con el cuerpo en el gran día de la resurrección.
 
Código de moral : De capítulo sobre el juicio articular en el libro de los muertos se colige que el ideal de la conducta entre los antiguos egipcios se guiaba por el sentido práctico y un elevado nivel de pureza y religiosidad.
Del interrogatorio al que era sometida el alma, se concluye, que la caridad, la benevolencia, castidad, justicia social, clemencia y el amor de los trabajos del espíritu, se catalogan entre las virtudes fundamentales. No solamente se insiste sobre el ejercicio exterior de estas virtudes, sino también sobre la moralidad de los pensamientos y deseos.
 
 Los Dioses del Nilo.
 
 LA TRIADA ELEFANTINA : Es considerada la más antigua, se originó en los tiempos predinásticos en la ciudad de elefantina y estaba integrada por los siguientes dioses.
 
 KHNUM. Dios de la fecundidad. Aparece representado en forma de carnero; más tarde con figura humana y cabeza e carnero cubierta por 2 cuernos ondulados y horizontales. Algunas veces sobre los cuernos llevaba un cántaro que se interpreta como símbolo de dios fluvial. También formó parte de los dioses que crearon el universo.
 
SANTIS. Primera esposa de Khnum, era una divinidad local y significaba "la Poderosa". Presidía las inundaciones del Nilo. Se le representaba como una mujer que llevaba sobre su cabeza una blanca corona símbolo del sur de Egipto, rodeada por 2 largos cuernos. Algunas veces sostiene un arco con 2 flechas en la mano.
 
 ANUQUIS. Segunda esposa de Khnum y hermana de Satis, es considerada como la personificación de las aguas del Nilo. Se le representaba con 2 uñas de avestruz en la cabeza; lo cual hace suponer que provenía de África.
 
LA TRIADA MENFIS. Según la cosmogonía de Menfis.
 
 PTAH, es el amo del destino, y creador del universo, pero no sólo fue el creador universal del mundo físico que anuncia las funciones de todos los otros dioses, sino que también creó el alma de cada ser; creó todo, incluyendo a los dioses, pero también era origen de las cosas buenas, como los alimentos, las bebidas y las ofrendas a los dioses. Se le reconocía un poder mayor que el de todos los dioses, fundó sus centros de culto y creó la materia de su propio ser; estableció ciudades y fundó las provincias, creando con ello un orden político. Siempre estaba acompañado por el dios de la sabiduría.
 
 SEKHMET. Esposa de Ptah, se le dio el nombre de "la Poderosa", cuando en forma de leona se lanzó sobre los hombres revelados contra Ra. Es una diosa guerrera, se le representa como una leona o una mujer con cabeza leoniana, coronada por varios emblemas. Simboliza el calor destructor del sol.
 
 NEFERTEM, hijo de Sekhmet y tercer miembro de la triada de Menfis, significa el dios solar del Bajo Egipto. Lleva sobre la cabeza una flor de loto abierta, en la que se alzan dos altos tallos. También se le representa como guerrero, por influencia de los caracteres de su madre.
 
El río Nilo, lógicamente fue divinizado, los dioses que lo representan, son los siguientes :
 
 HAPI. Se le representa como un hombre fornido con senos femeninos y un amplio vientre ceñido con las fajas de los barqueros en su cabeza lleva una corona de lotos y papiros. Se contaba que había vivido cerca de la Primera Catarata, en el fondo de una caverna, desde donde derramaba el agua de sus ánforas.
 
 SOBK. El dios cocodrilo, fue la deidad principal entre las muchas que representaban al cocodrilo.
 
 RENENUT . Diosa propiciadora de la rica cosecha, precede ha la inundación del Nilo y recibe el título de" Señora del doble granero", presidía también la lactancia de los niños, por lo que simbolizaba la nutrición. Se le representó de varias maneras : con cabeza de serpientes coronada por dos plumas, dando de mamar a u niño, con cabeza de leona, en el "Libro de los muertos" , es representada como nodriza celeste ante los dioses para defender la causa de los difuntos.
 
 RENPET . Era la diosa de las estaciones que se renueva y del año en general era diosa de la juventud y duración del tiempo. En ocasiones es llamada "Diosa de la eternidad", es representada como una mujer que lleva sobre la cabeza un largo tallo de palma, el ideograma de su nombre
 
LA TRIADA DE AMON : AMON, fue el máximo dios tebano de toda la historia del Antiguo Egipto. Se le representó algunas veces con la cabeza de carnero para relacionarlo con la procreación y la fecundidad. Comúnmente tiene cabeza humana con tocado de 2 largas plumas. Se le identificó como un dios guerrero por ser los príncipes de Tebas el núcleo más fuerte de resistencia frente a las invasiones extranjeras. Durante el Imperio Medio, como dios de la creación, fue representado como la oca que había puesto un huevo cósmico. A medida que fue creciendo su poder, fue asociado con el sol, hasta ser conocido como Amon-Ra. Llevaba consigo todos los símbolos del poder supremo del dios Sol. Por todas parte se construyeron templos en su honor. Uno de los más famosos fue el de Luxor y el de Karnak, donde se le conocía como " Dios del viento". En las cercanías de las ciudades mencionadas, orilla occidental del Nilo, estaban los templos mortuorios reales bajo los peñascos situados al oeste de las rocas después del reinado de Amen-hotep I. Este lugar fue llamado "Valle de los reyes". Durante el Imperio Nuevo, Amon fue conocido como el "Rey de los dioses". Los dominios del gran imperio abarcan desde el Eufrates hasta Sudán; esto indujo a Amon como el mayor de todos los dioses, el Señor Universal de los Tronos del Mundo. Amon personificaba las distintas cualidades de los demás dioses. Era capaz de adoptar la forma que deseara; por ello sus nombres se multiplicaron, aunque su nombre verdadero era secreto; por desconocerlo los dioses no pudieron nunca orar ante él. Como ocurrió en épocas muy tempranas, se sostuvo la creencia de que Amon era el padre del faraón y que los herederos al trono los había concebido el uniéndose a la reina bajo la forma del faraón.
 
La doctrina cosmogónica de Hermópolis
 
 NUN. Cuya esposa se llamaba Naunet, y que figura también, en otras cosmogonías, es la personificación del Océano Primordial, de donde fueron sacados los elementos de la creación
 
 AMON. Representaba lo que denominaban "lo que no puede verse" o sea, el aire. Según la leyenda hermopolitana, era el dios del aire y del viento , representaba las fuerzas que soplaban sobre las aguas inmóviles y estancadas de Nun.
 
 KUK. Cuya es posa se llamaba Kauket, simboliza a la obscuridad. HUN y su esposa Hauhet, eran las figuras que daban la interpretación de lo que no tenía fin.
 
 Los cuatro dioses eran representados con cabeza de rana, y las cuatro diosas con cabezas de serpiente. Esto explica porque, según esta tradición, los ocho dioses estaban unidos, a una vida anfibia, creada por sí misma en el cieno pantanoso que dejaba las aguas del Nilo al cesar las inundaciones anuales.
 
Los mitos solares
 
ATUM. Nacido de Num, pues el dios primitivo de Heliópolis. Los teólogos de dicha ciudad interpretaron su nombre como "el completo", tal vez por la creencia de que se creó a sí mismo de las aguas de Num, mediante el poder de la palabra hablada :articulando su propio nombre. Se le llamó padre de los dioses.
 
 KHEPERA. Fue también un dios primitivo, padre y creador de los dioses a quien los sacerdotes de Heliópolis transformaron en un dios solar, haciéndole representar el dios del amanecer.
 
 HARAKHTE. Representó al sol en su viaje diurno de uno a otro horizonte, compendiando así las tres personalidades Khepera-Ra-Atum. Se representa con la cabeza de halcón, rematada a menudo por el disco y la serpiente sagrada.
 
 TEFENET. Representa a la diosa de la lluvia o el rocío. Sus lágrimas cayeron a la Tierra al ayudar a su marido a sostener el Cielo, sus lágrimas se convirtieron en plantas. Se le atribuyó un carácter solar compartido con su esposo; cada mañana, recibían el Sol cuando éste rompía en las montañas de oriente. Se le describe como una leona coronada por el úreo solar. Se le consideró como el ojo izquierdo de Horus y como el ojo de Ra.º
 
 GEB. Forma con Nut la segunda pareja y se contrapone a su compañera como dios de la Tierra. Se le consideró como padre de Ra y de Thoth. Es representado a menudo como un hombre echado a los pies de su padre. La separación que Tefenet realizó entre Geb y Nut dio lugar al espacio y a la luz.
 
 NUT. Era la diosa del cielo nocturno, porque se dice que de su seno renace todas las mañanas el sol y porque se le consideró protectora de los muertos, se le representaba con el cuerpo estrellado. Se mostraba a una mujer de gigantesco vientre arqueada sobre la Tierra.
 
 ATHOR. La diosa Athor algunas veces es definida como "la gran vaca celeste que creó el mundo y el sol", pero para otros simboliza la Tierra madre; se dice que es hija de Ra y mujer de Horus. Con frecuencia simboliza a la luna, a una mujer con cabeza de vaca o a una mujer de rostro bovino, en la mitología. Se le atribuía la bondad de los muertos, y se convirtió en una divinidad funeraria.
 
El ciclo osírico. Originalmente Osiris era un dios agrícola, pero después se le consideró como el Dios de los muertos, con la capacidad de morir y resucitar, capaz de la inmortalidad de él y de sus seguidores. Su leyenda puede resumirse así : Osiris primigenio de Geb y de Nut, hermano y esposos de Isis, vivió al principio sobre la tierra reinando como cuarto faraón Divino, su reinado fue de un sabio y benigno legislador, que enseñó a sus súbditos a trabajar la tierra, obtener granos y frutos; instituyó el culto a los dioses e inventó los instrumentos musicales para las ceremonias religiosas.
Explicaciones de origen cósmico encuentran en Osiris un símbolo del Nilo, que crece y decrece todos los años, así como de la luz solar, que desaparece cada tarde y vuelve con el alba. Set simbolizaría el viento del desierto, la sequía, las tinieblas. Como dios de los muertos, unificó en su culto a todas las clases sociales de Egipto. Se le conoció como el primer hombre de los occidentales, o sea, de los muertos, que habitaban allá donde se oculta el sol y también el ser bueno.
 
Osiris el señor del silencio. Osiris se mantuvo vivo durante muchos siglos, mientras que los ritos, creencias y cultos se modificaban o cambiaban. En un principio se le asoció con el dios de la fertilidad Andjeti. Además de ser un dios de la fertilidad pasa a ser un dios de la muerte :
 
 Según las tradiciones antiguas, Set, su hermano le tendió una trampa y logró asesinarlo. Isis, su esposa consiguió ser fecundada por el cadáver de Osiris, gracias a sus poderes mágicos, y concibió a Horus el joven. Este luchó contra su tío Set y triunfó sobre él después de una larguísima contienda. Al principio Set le arrancó un ojo, pero Horus lo recuperó y se lo ofreció a Osiris, quien de esta manera recuperó la vida. Horus, al resucitarlo le dice : "Osiris, tu partiste pero has retornado; te dormiste pero has sido despertado; moriste, pero vives de nuevo". Set nunca pudo ser vencido porque encerraba un poder irreductible. Horus recibe la corona que había pertenecido a Osiris y éste parte a reinar entre los muertos
 
 
 
 ISIS. Hija de Geb y Nut, se creía que con Osiris había originado a Horus el joven. De ella son admirables los rasgos de amor a su marido e hijo, por lo que es considerada como madre y esposa ejemplar. Es representada dentada o erguida, lleva sobre su cabeza un trono, y en una mano el nudo mágico llamado "tat". Provista de alas aparenta proteger a su marido o a su hijo; con frecuencia amamanta a Horus puesto sobre sus rodillas. Antes fue identificada como Athor.
 
 SET. Hijo de Geb y de Nut, y por tanto hermano de Osiris y de Isis según el sistema de Heliópolis; aparece en los textos de las pirámides como hijo de Ra y hermano de Horus el viejo. Set fue amigo de los muertos, y valiéndose de una escalera le ayudo a Osiris a alcanzar el cielo. A él se le atribuían las peores características hasta convertirse en el espíritu del mal.
 
 NEPHTHYS. Su nombre significa "la señora del castillo" o del cielo. Esta diosa ayudo a Isis a buscar el cadáver de Osiris y a embalsamarlo. Simboliza la tarde, el lento declinar de la momia de su hermano se transformó en diosa funeraria y mágica.
 
 HORUS. Hijo de Isis y Osiris, forma el último miembro de la triada osírica, es representado con una cabeza de halcón sobre un cuerpo humano. Los nombres de Horus : De niño se llamaba Harpocrates y figuraba como un muchachito desnudo.
 
 ANUBIS. El característico dios-chacal , guardián de las Necropolís. Fue educado por Isis y cuando fue hallado el cadáver de Osiris ayudo a su embalsamiento y posteriormente lo envolvió en las típicas fajas de momia.
 
 UPUAT. Su nombre significa "el abridor de caminos", fue dios de la Licópilis, es representado como un lobo erguido o un hombre con cabeza de lobo.
 
 
Otras divinidades
 
 ONURIS, Dios guerrero y cazador, se le consideraba que desbarataba a los enemigos y animales maléficos. Se le representaba como un guerrero, la cabeza decorada con 4 plumas altas y rectas, el cuerpo revestido con una larga túnica y a veces blandiendo una lanza.
 
 MONTH. Fue otro dios de la guerra. Fue representado con cabeza de halcón decorada por el disco solar y dos altas plumas; después con una cabeza de toro.
 
 NEKHBET. Fue venerada como protectora del sur quizá porque estaba unida al culto lunar. Aparece frecuentemente en forma de buitre echando a volar sobre la cabeza del faraón o bien como divinidad con cabeza de buitre o como mujer que lleva en la cabeza la corona blanca del alto Egipto.
 
 UTO. Diosa del Delta, protectora del Bajo Egipto, ayudo a Isis a esconder a su hijo en las lagunas de su territorio. Como diosa serpiente es representada en forma de cobra con o sin alas o como mujer que lleva sobre la cabeza la corona roja del norte.
 
 Divinidades cósmicas o de fenómenos naturales
 
 MIN, Dios de la fecundidad y la naturaleza, después se convirtió en dios del desierto oriental y patrono de los caravaneros. Su emblema primitivo fue el rayo. Se le representa siempre de pie con el gorro adornado con plumas altas y rectas.
 
 ARZAPHES. Es representado con cabeza de carnero y fue el dios del Nilo
 
 BAST, La representan como una mujer con cabeza de gato y en la mano derecha lleva el sistro o bien un escudo rematado con una cabeza de leona. La diosa de la alegría, la música y la danza y abogada contra la peste y los espíritus malignos.
 
 PEKHET. Puede considerarse como una forma secundaria de Bast. Aparece como leona o en forma de mujer con cabeza leonina o felina.
 
 MAHES, El dios león, "señor de la matanza", se le representa como un hombre de pie, con cabeza de león usualmente rematada por la corona del sur así como con 2 plumas.
 
 SOPDET. Fue diosa de la estrella se Sirio, cuya salida indicaba el inicio de la primavera y la inminencia de la inundación.
 
 NEITH. Diosa guerrera, de los telares, de algunas funciones maternales y funeraria. Como diosa guerrera es representada como una mujer con la corona del norte, el arco, emblema del relámpago y las flechas. Como inventora del telar, tiene por atributo la lanzadera de los tejedores. Como diosa de funciones maternales es representada con 2 pequeños cocodrilos en el seno. Como diosa funeraria tiende a confundirse con Isis.
 
 SELKET. Diosa Escorpión representada como una mujer que lleva en la cabeza aquel bicho o como un escorpión con cabeza de mujer. Aparece siempre unida a Neith, como protectora de las uniones conyugales, sea como conservadora de las vísceras en el rito del embalsamiento y como diosa tutelar del difunto.
 
 MERSEGERT. Diosa serpiente, su nombre significa "amiga del silencio", se representa como una serpiente con cabeza o bien de 3 cabezas; una de mujer, otra de reptil y la tercera de buitre. Fue una diosa benévola pero severa con los delincuentes.
 
 NEHEBKA. Dios serpiente representado por una culebra provista de brazos humanos, y su compañera, la diosa Nehebkau, figuraba con cabeza de serpiente.
 
 THUERIS. Es la diosa hipopótamo que simboliza la maternidad y lactancia. Aparece como una hembra de hipopótamo con ubres colgantes erguida sobre las patas traseras y apoyadas en 2 manojos de papiros arrollados que representan a la protección; lleva una en una mano o en ambas el símbolo de la vida. Unas veces tiene cuerpo de hipopótamo y cabeza de mujer y otras de leona blandiendo amenazadoramente un puñal.
 
 HEOET. La diosa rana simboliza el estado embrionario en que comienza la germinación o el poder reproductor de las aguas y se menciona entre las comadronas celestiales que cada mañana asisten al nacimiento del sol y llego a ser patrona de los partos.
 
 
Divinidades de ultratumba
 
 MASKHENET. Aparece entre las diosas del parto. Es la patrona de las madres egipcias y se le representa como una mujer que lleva sobre la cabeza 2 largos brotes de palma curvados en su extremo o bien como un ladrillo con cabeza humana, refiriéndose a los ladrillo sobre los cuales se acurrucaban las mujeres en el momento del parto.
 
 RENENUT. Presidía la lactancia del niño simbolizando la nutrición. Se le representaba como una mujer sin atributos peculiares o con cabeza de serpiente coronada por dos plumas y dando de mamar a un niño.
 
 RENPET. Fue la diosa del año, de las estaciones y de la juventud, así como de la duración del tiempo, por lo que es llamada la diosa de la eternidad. Fue representada como una mujer que lleva sobre la cabeza un largo tallo de palma que es el ideograma de su nombre.
 
 SAI. Simbolizó el destino de cada individuo y se consideraba que estaba presente en el juicio del alma.
 
 AMAMET. Dios que devora después del juicio al culpable en el más allá, es un dios monstruo híbrido, con rasgos de león, de hipopótamo y de cocodrilo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MAAT. Personificación de lo justo, hija de Ra y esposa de Thot; lleva en la cabeza una pluma de avestruz y es frecuente que se desdoble en 2 figuras idénticas y simétricas que la representan a los lados de la escena. Tiene aspecto de una pura abstracción divinizada.
 
 
 
Tejidos y Adornos
Desde los más lejanos tiempos, con el lino se hicieron telas para vestir a todos los habitantes del antiguo Egipto. El dibujo más antiguo de un telar egipcio aparece en un cuenco de cerámica de unos 3.000 a. C., y el lino se usaba varios milenios después, y se sigue usando. Por descontado un faraón llevaba telas de las más finas; los obreros llevaban taparrabos de tejido más ordinario. Tenían motivos sobrados para no vestirse de lino. Los soldados se cubrían la parte posterior de su faldellín con una red de cuero; los sirvientes llevaban sobre sus vestidos redes de abalorios baratos, pero de vivos colores.
El atuendo básico de un cortesano consistía en un faldellín de tela de lino ceñido a la cintura y sujeto por un nudo que, a veces, era muy complicado. Luego, se fueron empleando mantos para llevar por encima. Las mujeres iban enfundadas en vestidos muy largos y a veces llevaban mantos bellamente plisados. Sólo tenemos vagas ideas de cómo plisaban los egipcios sus vestidos: quizá mediante una tabla con la superficie ranurada. Probablemente sea exagerado el número de pliegues en muchas estatuas. Los egipcios aprendieron del Oriente Medio el arte de teñir las telas con dibujos de diversos colores, pero la técnica no se transmitió.
 
Un cuerpo para el Más Allá: En tiempos prehistóricos, los egipcios enterraban a sus muertos en hoyos excavados en la tierra: el clima seco preservaba enteramente de la descomposición, y muchos conservaban la piel y el cabello, lo que pudo haber sugerido a los egipcios la idea de conservar los cuerpos de sus reyes y otros gobernantes mediante el largo y costoso proceso de la momificación.
Los reyes y nobles del período arcaico fueron enterrados en amplias tumbas rectangulares llamadas mastabas, construcciones en forma de caja, hechas de ladrillo, laboriosamente decoradas y pintadas, y a veces provistas de tejados de madera y suelos de piedra. Estas tumbas contenían alimentos, muebles, armas y ornamentos para equipar y abastecer el muerto en el Más Allá. También disponían de una "puerta falsa" por la cual el muerto podía comunicarse con la vida. El alimento y la comida les serían llevados a la tumba por los sacerdotes o por los miembros de la familia del muerto.
Aunque no del todo fructuoso, en está primera etapa ya se hicieron intentos para conservar el cuerpo. Los muertos se hallaban representados por sus efigies esculpidas en sus tumbas. Estas esculturas, aunque tapiadas por razones de seguridad en una capilla cerrada, se suponía que aspiraban el incienso y gustaban los alimentos por un orificio practicado en la pared. Hasta los pobres tenían sus propiedades más queridas —un puñal, tal vez un collar de cuentas— y unas cuantas vasijas de alimentos y bebidas enterradas con ellos en sus sumarias sepulturas.
El primer gran período de la civilización egipcia, el llamado Antiguo Reinado, distinguióse por haber empleado en él, por vez primera, la piedra para una edificación entera. El rey Zoser, cuyo reinado comenzó en 2780 antes de C., construyó cerca de su capital, Menfis, la Pirámide Escalonada, el más antiguo monumento de piedra del mundo. Está pirámide, levantada en Sakkarah, fue obra del famoso arquitecto de Zoser, Imhotep, y es la primera de las enormes tumbas en forma piramidal que todavía proclaman la condición sobrehumana de sus constructores. La Pirámide Escalonada se comenzó como una mastaba tradicional, pero fue aumentada por etapas hasta llegar a formar una alta construcción de seis escalones, de 60 metros de altura y una base de 110 por 125 metros.
No transcurrían cien años sin que se perfeccionara la verdadera pirámide, con la cámara mortuoria, ya no bajo tierra, sino en el centro de la pirámide. Los lisos paramentos que ocultaban la entrada, y los macizos bloques de piedra caliza de un promedio de dos toneladas y media de peso cada uno, hicieron de la excavación de túneles un formidable problema para los ladrones de tumbas. Sin embargo, muchas de las pirámides, como las primeras mostabas, acabaron por ser objeto de violaciones y saqueos.
 
El secreto arte de embalsamar: Durante los más de 3000 años en que se practicó la momificación en Egipto, las técnicas evolucionaron. Pero la mayoría de los especialistas concuerdan en que cuando este arte se hallaba en su apogeo (hacia el siglo X a. C.), un buen embalsamador procedía así:
Empezaba por practicar un corte de unos 10 cm. en el lado izquierdo del abdomen. Por está pequeña incisión, hecha con un cuchillo de pedernal, extraía los órganos internos excepto el corazón. Limpiaba cada órgano con vino y especias, entre ellas mirra y canela, y también la cavidad abdominal con aceite de cedro, a fin de disolver el tejido blando restante. Entonces podía ya quitar el cerebro, lo que hacía introduciendo un instrumento ganchudo por una de las ventanas de la nariz hasta el cráneo para vaciarlo, e inyectando después aceite de cedro y especias para limpiar los residuos.
Una vez bien limpia cada parte del cuerpo, el embalsamador introducía todos los órganos y el cuerpo mismo en natrón en polvo (mezcla de carbonato y bicarbonato sódicos) para secarlos. Allí permanecían alrededor de un mes, hasta que los sacaba y lavaba cada parte en más perfumes y especias. Durante todo el proceso presentaba escrupulosa atención a los menores detalles. Por ejemplo, al empezar cubría todos los dedos del cuerpo para que no resultasen dañados o perdiesen las uñas.
Más tarde envolvía cada órgano interno, ya seco, en tela de lino y lo colocaba en la cavidad abdominal (también podía guardarlos por separado en vasijas de barro o alabastro), que después rellenaba con materiales como aserrín, trapos, alquitrán o barro. Una vez hecho esto, cosía el primitivo corte. Como el tratamiento con natrón solía destruir gran parte del cabello, debía también entretejer cabello artificial con lo que quedaba del auténtico, e insertar ojos pintados en las órbitas. Aún le quedaba la tarea técnicamente más difícil: restaurar los perfiles de cuerpo y cara, que se habían arrugado, para darles apariencia de vida.
Para llevar a cabo este antiguo tipo de cirugía plástica, el embalsamador iba practicando cortes diminutos por todo el cuerpo e insertando acolchados de tela cuidadosamente modelados bajo la piel, igual que un cirujano plástico de nuestro siglo usa implantes de silicón para mejorar el aspecto de sus clientes vivos. Incluso los rasgos faciales y el cuello se restauraban de ese modo, rellenando la forma para mantener la forma de las mejillas.
Por último, el embalsamador —un verdadero artista— coloreaba la cara y a veces todo el cuerpo con ocre (rojo para los hombres y amarillo para las mujeres). El cadáver estaba ya listo para ser vendado. Envolvía cada miembro por separado en apretadas capas de tela untada con resina, después la cabeza y el torso, y por último el cuerpo entero. Era un trabajo lento y laborioso. En algunas momias desvendadas modernamente la longitud total de los vendajes ascendía a más de 2 km.
La tarea del embalsamador había concluido al cabo de unos 70 días. Devolvía la momia a la familia, que seguramente había encargado ya un sarcófago de madera con figura humana para colocarla, y dispondría de una tumba. Hasta donde podía garantizarlo el ingenio humano, el egipcio muerto era físicamente inmortal, dispuesto para una eternidad entre los dioses.
 
El adorno del cuerpo: Los egipcios amaban la belleza y la elegancia. Muchos de sus nombres propios se basan en la palabra Nefer, que significa "belleza": por ejemplo, Nefret, Nefrtiti, Nefertari. La diosa asociada al adorno era "Hator la Dorada" contemplada como ideal de la belleza en la poesía amatoria de aquel tiempo. Los egipcios, hombres y mujeres, usaban aceites para los ojos, que se hacían con minerales molidos en finas paletas de pizarra. Empleaban mucho tiempo en adornarse con cosméticos, pelucas, guirnaldas de flores y telas finas. Se han conservado muchos objetos como peines, espejos y recipientes de cosmética, que demuestran la gran importancia que concedían a su aspecto personal. "Pon mirra sobre tu cabeza y vístete con hermosos vestidos" dice una canción egipcia.
El mineral molido se mezclaba con agua y se guardaba en tubos. Para sacar la mezcla se utilizaban paletas y con estas mismas se aplicaban. Las cortesanas llevaban sujetas sobre sus pelucas unas moñas con grasa animal perfumada, que a veces tenía forma de flores de loto.
Los cortesanos utilizaban espejos de bronce o cobre. Los egipcios obtenían diversos pigmentos para pintarse los párpados. De la malaquita, mineral de cobre, sacaban una pintura verde que simbolizaba la fertilidad. El mineral de plomo llamado galeana daba una pintura para los ojos negruzca (hoy llamada "kohol"). Para pintarse las mejillas y los labios se utilizaba almagre (óxido de hierro) que abundaba por todo Egipto. Para la aplicación de los pigmentos en la cara seguramente los mezclaban con grasa animal.
 
 
 

 
 
 
 
 
GRECIA
 

"Guerrero sentado". Obra clásica griega de autor desconocido.
 
 
 
Arte de la antigua Grecia
 
 
 
El Arte griego antiguo ha ejercido una gran influencia en la cultura de muchos países a partir de épocas antiguas hasta la actualidad, especialmente en el área de la escultura y la arquitectura. En el oeste, el arte del Imperio romano fue derivado en gran parte de modelos griegos. En el oeste, debido a las conquistas de Alejandro Magno se inició el intercambio entre Grecia y los territorios de Asia e India central, éste choque cultural generó el Arte Greco-Budista, con influencia incluso en Japón.

Después del renacimiento en Europa, el humanismo estético y los altos estándares técnicos del arte griego inspiraron las generaciones de artistas europeos. En el siglo XIX, la tradición clásica derivada desde Grecia dominó el arte del mundo occidental.

Períodos
El Arte de la antigua Grecia se divide estilísticamente en cuatro períodos:

• Geométrico.
• Arcaico.
• Clásico.
• Helenístico.

El arte Geométrico por lo general está datado desde aproximadamente el 1000 a. C., aunque en realidad se conoce muy poco sobre el arte en Grecia durante los 2000 años precedentes (tradicionalmente conocido como edad oscura Griega), el período del siglo 19 d. C. atestiguó el lento desarrollo del estilo Arcaico según lo ejemplificado por el estilo de pintura de figura-negra. Roja, marrón El inicio de las Guerras Médicas marca el fin del período Arcaico y el comienzo del Clásico, y el reinado de Alejandro Magno (336 a. C. a 323 a. C.) es tomado como la separación entre el arte Clásico y el Helenístico.

El Arte clásico y la Cultura clásica, o la Civilización clásica, son los nombres con que se designan las producciones intelectuales de la Antigüedad clásica o greco-romana (Antigua Grecia, Antigua Roma, aunque diversas, fuertemente identificadas entre sí). Sus artes y cultura en el Renacimiento fueron consideradas clásicas, es decir, dignas de imitación (mímesis), como todo lo que es classicus (en latín: perteneciente a una clase, particularmente a una clase superior respecto de otra inferior), o sea, lo que debe tomarse como modelo por ser de calidad superior.[1] Tales fueron el Arte griego y el Arte romano, o bien la cultura grecorromana, concepto que engloba a la cultura griega o helénica y a la cultura romana (mientras que los conceptos de cultura helenística y cultura latina tienen un significado propio).

El arte del período helenístico ha sido víctima durante mucho tiempo del relativo desprecio con que se ha considerado este período. «Cessavit Deinde ars» («y luego el arte desapareció») resume Plinio el Viejo en su Historia Natural (XXXIV, 52) , tras describir la escultura de la época clásica. Sin embargo, muchas de las más conocidas obras de arte griego pertenecen a este periodo: el Laoconte y sus hijos del Vaticano, la Venus de Milo o incluso la Victoria de Samotracia.
 
 
 
 
La Escultura
Las primeras esculturas griegas datan del siglo IX a. C. y fueron pequeñas figuras humanas hechas en materiales muy maleables tales como la arcilla, el marfil o la cera.
 
 Los temas más tratados en la escultura griega fueron:
 
 - Mitológico: dioses y héroes griegos
 
 - Temas cotidianos: competiciones de atletas.
 
 - Figura humana: generalmente desnuda.
 
 - Temas militares.
 
 - Retrato. Es muy tardío (finales del siglo V).
 
 La escultura griega se puede dividir en tres grandes etapas: arcaica, clásica y helenística.
El estilo arcaico está caracterizado por la representación de los jóvenes atletas vencedores en los juegos. Se trata de figuras rígidas que con el paso del tiempo alcanzan mayor dinamismo. Lo que prima en estas obras es la perfecta proporción basada en la simetría.
 El objetivo que se persigue es la perfección del cuerpo humano y la expresión del rostro. Estas esculturas siguen el principio de la llamada ley de la frontalidad, conservando los brazos pegados al cuerpo y rígidos, avanzando habitualmente la pierna izquierda.
 
 A su vez, las estatuas arcaicas se dividen en:
 
 Kuroi: los atletas, cuyo singular es kuros. Aparecen desnudos, siendo su anatomía el principal reto del escultor. Los labios se arquean hacia arriba resultando la llamada sonrisa arcaica mientras que sus ojos son abultados. Su cabellera en zig-zag cae sobre los hombros. A medida que avanza el tiempo se manifiesta un mayor conocimiento anatómico y aumenta la expresividad del rostro.
 
 Korai: las muchachas, cuyo singular es kore. Se representan vestidas, reduciendo su cuerpo a una especie de tablero de mármol con un estrechamiento en las caderas y un abultamiento en el pecho. En algunas ocasiones se presentan con la forma del tronco de árbol. El cambio de moda supondrá una interesante evolución aunque siempre reflejen las figuras la típica sonrisa arcaica y el convencional rizo en el cabello.
Estas figuras guardaban un gran parecido con las esculturas egipcias que habían servido de modelo.
El estilo clásico es el momento de los grandes autores, suponiendo el hito de la escultura griega. A Mirón y Policleto debemos el dominio del cuerpo humano que caracteriza este periodo. Mirón se especializará en el movimiento, siendo su obra más famosa el Discóbolo.
En el estilo clásico, siglos V y IV a. C., la estatuaria griega fue tomando un carácter propio y abandonó definitivamente los primitivos patrones orientales. Gracias al estudio de las proporciones se pudo copiar fielmente la anatomía humana y los rostros ganaron definitivamente en expresividad y realismo.
En este período se introdujo el concepto de "contrapposto. Se trataba de una posición por la cual la escultura se apoyaba totalmente sobre una pierna, dejando la otra libre. Con esto se consiguió que el principio del dinamismo cobrara forma en las representaciones de atletas en plena acción. Algunos de los grandes artistas del clasicismo fueron Policleto, Mirón, Praxíteles y Fidias y Lisipo.
 
 
 Esculturas Griegas
Con Fidias culminan los esfuerzos hacia la conquista de la belleza, consiguiendo las figuras más equilibradas y perfectas. Será el autor de la decoración del Partenón, donde establece la técnica de los paños mojados que inciden en el estudio de la anatomía sin recurrir al desnudo. Algunas de sus obras eran de carácter monumental como la Atenea Partenos que hizo para el Partenón en oro y marfil, alcanzando los 15 metros de altura.
Durante el período helenístico (siglo III a. C.) se enfatizaron y sofisticaron las formas heredadas del clasicismo. Así, producto de esta adaptación, surgieron obras de inigualable monumentalidad y belleza, como "El coloso de Rodas", de treinta y dos metros de altura
 
 
La Arquitectura
La arquitectura griega vendrá determinada por el equilibrio, el orden, la proporción y la medida.
El material preferido será el mármol.
El monumento más importante para los griegos es el templo y allí se crearon los órdenes clásicos, la sucesión de las diferentes partes del soporte y de la techumbre según tres estilos diferentes denominados dórico, jónico y corintio.
 
 Orden Dórico. Es el más austero y sobrio de los tres. El capitel está formado del equino, especie de almohadilla sobre la que descansa el ábaco, paralelepípedo de base cuadrada. Sobre él, están el arquitrabe, el friso y la cornisa. El arquitrabe es liso, en el friso se alternan los triglifos, estrías verticales, con las metopas, decorados con relieves.
La cubierta es de tipo a dos aguas por lo que se forma en las fachadas el frontón, en cuyo tímpano aparecen relieves.
 
 Orden Jónico. Es más esbelto y femenino. El fuste descansa sobre unas molduras denominadas basa. El capitel consta del cimacio decorado con ovas y flechas sobre el que descansan las volutas, elemento definitorio del orden jónico. El arquitrabe está formado por tres fajas que avanzan progresivamente mientras que el friso está decorado con relieves. La cornisa se mantiene muy similar al orden dórico.
 
 Orden Corintio. Sigue las normas del jónico, aunque incorpora novedades en el capitel. Este tiene forma de cesto adornado con hojas de agua y rosas.
A veces el fuste de la columna es reemplazado por figuras. Si son masculinas se denominan atlantes o telamones mientras que si se trata de figuras femeninas se llaman cariátides.
 El principal edificio de la arquitectura griega es el templo.  Tiene planta rectangular y suele estar formado por tres partes:
 
 1- El pronao o vestíbulo abierto y definido por la prolongación de las naves laterales, con dos columnas entre ellas
 
 2 - La nao o cella dividido habitualmente en diferentes naves separadas con columna. En su interior se situán la estatua del dios al que va dedicado el templo
 
 3 - El opistodomo, estructura similar al pronao pero en el lado opuesto. Era utilizado habitualmente para guardar los tesoros de la ciudad o del templo.
 
 Arquitectura de los templos griegos
El más famoso de los templos griegos es el Partenón de Atenas, levantado en honor de la diosa Atenea Partenos por los arquitectos Ictinos y Calícrates, siguiendo las órdenes de Pericles. Es de orden dórico y está realizado en mármol blanco del Pentélico mientras que las tejas son de mármol de Paros.
Otros ejemplos de templos importantes son el templo de Apolo en Figalia, el Erecteion ateniense, de orden jónico, el de Apolo en Dídima o el de Zeus en Pérgamo.
Otros tipos de arquitectura griega son el teatro, los sepulcros y las acrópolis.
 
 
 
La Pintura

Para hablar de la pintura griega es necesario hacer referencia a la cerámica, ya que precisamente en la decoración de ánforas, platos y vasijas, cuya comercialización era un negocio muy productivo en la antigua Grecia, fue donde pudo desarrollarse este arte.

Al principio los diseños y dibujos eran elementales formas geométricas que apenas destacaban sobre la superficie.



En el período arcaico ( siglos VII y VI a. C. ), se incluyó la figura humana, de un grafismo muy estilizado. En medio de las nuevas tendencias naturalistas, ésta cobró mayor importancia al servicio de la representaciones mitológicas.
La cerámica griega alcanzó un importante desarrollo. A lo largo del siglo VI a. C. los ceramistas atenienses impondrán su estilo, caracterizado por las figuras negras sobre fondo rojizo. El cuerpo del vaso sirve para representar toda clase de temas, imponiéndose lo narrativo sobre lo decorativo.
A finales de este siglo se produce un cambio significativo en el cromatismo de las piezas ya que las figuras tendrán el color rojo del barro y el fondo se pintará de negro. Polignoto será la primera gran figura, dotando al dibujo de un importante papel y limitando los colores al rojo, el blanco, el negro y el amarillo.
Sin embargo no se produce ningún cambio en la temática ni en la disposición de los asuntos en las piezas. Los lékythos tienen un carácter exclusivamente funerario ya que sirven para guardar las cenizas del difunto. Al ser alargado, deforma menos la figura e incluye policromía con azules, amarillos, ocres o morados.
Con el paso del tiempo, las figuras se fueron enriqueciendo progresivamente hasta cobrar volumen. Aparecieron, entonces, los primeros dibujos de plantas y animales enmarcados por guardas denominadas "meandros".
Las escenas se organizaron en franjas horizontales paralelas que permitían su lectura girando la pieza de cerámica. Con el reemplazo del punzón por el pincel los trazados se volvieron más exactos y detallistas.  Pintura griega
Las piezas de cerámica pintadas comienzan a experimentar una notable decadencia durante el clasicismo (siglos IV y V a. C.) para resurgir triunfantes en el período helenístico (siglo III), totalmente renovadas, plenas de color y ricamente decoradas.


 
 
 
 
 

ROMA

  El Foro romano, un ejemplo de arquitectura que perdura hasta nuestros días.

  Esculturas en el Stadio dei Marmi, Roma.
 
 
 
Arte de la Antigua Roma
 
 
Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo del Arte etrusco, enseguida contagiado del arte griego, que conocieron en las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia, que Roma conquistó en el proceso de unificación territorial de la península, durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.
El Arte Romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa, como civil. Pero además también realizaron otras obras importantes como la escultura y en menor medida la pintura.
 
 
Arquitectura
La arquitectura romana es un testimonio significativo de la civilización romana. Se caracteriza por lo grandioso de las edificaciones, y su solidez que ha permitido que muchas de ellas perduren hasta nuestros días.
En la arquitectura Romana predomina la arquitectura civil, quedando la arquitectura religioso a un segundo plano no menos importante.
Existen novedades en los materiales, utilizan el mortero romano y el ladrillo se revestía con losas de mármol, pero mantiene los elementos formales de la cultura helenística (órdenes arquitectónicos) pero empleados de forma ornamental.
 Además, utiliza los principales elementos etruscos.
 Una diferencia significativa con los griegos es que los romanos daban más importancia al espacio interior que al exterior. Incorporan la cúpula, el arco de medio punto y la bóveda de medio cañón, de origen etrusco.
Los romanos utilizaron los conocidos órdenes arquitectónicos griegos y los modificaron. De esta forma surge el orden toscano como variante etrusca del dórico griego. Éste tiene basa, fuste liso con éntasis y capitel parecido al dórico.
 
 
*El orden jónico tiene volutas colgantes dispuestas diagonalmente (como el jónico de esquina). Su fuste es liso o estriado y tiene basa con plinto.
 
 *El orden corintio es el orden más utilizado. Tiene el fuste liso o estriado, basa y plinto y capitel de hojas de acanto con perfil muy rizado.
 
 *Aparece el orden compuesto, que es el resultado de la combinación del jónico y el corintio. Este orden siempre lleva basa y el fuste es estriado o liso.
 En la arquitectura civil, destacamos obras de ingeniería como calzadas, puentes, viaductos, pantanos o acueductos.
 Las casas conservan elementos griegos y etruscos. La domus era la vivienda patricia unifamiliar. Las ínsulas eran las casas de alquiler para ciudadanos modestos y las villa eran casas de campo, el centro de los latifundios patricios.
En las ciudades, el urbanismo busca nuevas plantas en cuadrícula con dos ejes principales (decumanus máximus y cardo).
En el centro estaba el foro delimitado por los edificios públicos civiles y religiosos.
Crearon la red de alcantarillado y las ciudades amuralladas.
Los enterramientos se hacían dependiendo de la categoría social del enterrado. Así, las grandes tumbas estaban al lado de las vías principales, las clases bajas eran enterradas en cementerios a las afueras.
 
 
 
 En cuanto a los edificios públicos, destacamos:
 
Circo: procede del hipódromo griego y servía para las carreras de carros.
 
Las termas: baños públicos. (frigidarium, caldarium, tepidarium).
 
La basílica: sala de reunión, comercio y justicia de origen helenístico. Tres naves separadas por columnas.
 
Teatro: toma como modelo el griego pero normalmente usa las bóvedas superpuestas para construir el graderío en terreno plano sin usar la ladera de una montaña como los griegos.
 
Anfiteatro: edificio romano original que servía para el desarrollo de espectáculos sangrientos.
En la arquitectura religiosa, la construcción más significativa fueron los templos.
Se trata de una adaptación del templo griego con retoques etruscos. Los modelos griegos de planta rectangular o circular se mantuvieron, así como los órdenes y la forma de los arquitrabes.
 Los romanos utilizaron el diseño de las ciudades griegas basado en la planta hipodámica, aunque concebido de forma más rígida ya que estaban muy influidos por la configuración de los campamentos militares de origen etrusco.
El eje de la ciudad era definido por dos vías principales: el cardo y el decumano; a partir de ellas se organizaban las calles secundarias que formaban un plano cuadriculado.  Templo Romano.
A diferencia de en las ciudades griegas, los templos y los edificios lúdicos estaban integrados dentro de la ciudad.
 Mientras que los griegos buscaban lugares elevados y aislados para ubicarlos, los romanos los ubicaron integrados en el foro de la ciudad. La fachada principal era la de la entrada, mientras que las demás quedaban relegadas.
 
 
Escultura
La escultura en la Antigua Roma, lo mismo que la arquitectura, es original en el espíritu de su finalidad, pero en ella pesan mucho las inspiraciones etruscas y griegas, siendo buena parte de la producción escultórica romana copia de originales griegos.
Se conservan muchas esculturas romanas, fabricadas principalmente en mármol y en menor medida en bronce, si bien parte de ellas están dañadas. Son frecuentes el retrato y el relieve histórico narrativo, en los que los romanos fueron grandes creadores (como la Columna de Trajano, entre muchas). Hay también variedad de esculturas sobre emperadores romanos.
La escultura romana destacó sobre la griega en lo relativo a la creación de la escultura-retrato.
 Los materiales más utilizados en el retrato romano fueron el bronce y el mármol. Las estatuas eran apolícromas, es decir, carecían de colores, excepto al principio en que los ojos sí se coloreaban, práctica que más tarde se abandonó para ser tallados.
Al principio, la escultura romana de retrato sólo representaba la cabeza y parte del cuello. Al tiempo se avanzó en la representación de todo el busto, incluyendo hombros y pecho.
También se esculpieron esculturas de cuerpo entero, en las que el personaje podía estar de pie o sentado, aunque hay que decir que es más frecuente el retrato sedente en mujeres que en hombres.
La escultura romana del retrato nació para el emperador y luego se adaptó a otro tipo de personajes que podían costearse el trabajo de los artistas. De ahí que sea importante conocer los tipos de retratos que se hicieron a los emperadores porque luego, en menor o mayor medida se adaptaron al resto.
También existen indicios del empleo del retrato ecuestre del emperador, pero sólo ha llegado a nuestros tiempos un solo ejemplar.
La influencia de esta representación de poder tuvo un gran desarrollo en la escultura de etapas posteriores donde fue muy frecuente la representación de los monarcas o de grandes señores cabalgando a lomos de su caballo.
El mosaico es otra de las artes más brillantes del mundo romano. Las villas tardorromanas tuvieron frecuentemente sus suelos cubiertos por hermosos mosaicos con figuras geométricas, escenas de caza, mitológicas, etc. Mosaico Romano.
 
 
Pintura
Como las demás artes, sufrió de gran inspiración griega. Se divide generalmente en tres períodos o estilos:

• Primer estilo o de incrustaciones
• Segundo estilo o arquitectónico
• Tercer estilo u ornamental
• Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico
 

En cuanto a la pintura, a pesar de su antigüedad, la pintura romana, descendiente y heredera de la griega, poseía una técnica depurada, (mejor que la posterior medieval) y representaba todo tipo de temas con una maestría que, aún hoy, nos sorprende.
Los artistas romanos representaban los temas, tanto escenas cotidianas, mitológicas, paisajes, bélicas, como eróticas, cómicas, etc. Muchas veces las pinturas eran simulaciones de mármoles, de arquitecturas, de cuadros colgados o de jardines imaginarios.
Los artistas de las ciudades romanas solían pintar sobre las paredes de las habitaciones de las casas mediante la técnica del fresco. A veces hasta siete capas sustentaban las pinturas y se utilizaba la cal y el jabón de cera.
Los colores empleados son muy vivos y variados y muchas veces se conseguía plasmar la sensación de tridimensionalidad y de perspectiva.

 
 
 
 

En Oriente (Asia) se desarrolló con igual ímpetu y casi en el mismo tiempo que las expresiones del mundo clásico occidental, entre su multitud de exponentes destacan:

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INDIA
 
 
 
Arte de la India
 
 
 
El extenso alcance del arte de la India está relacionado con su historia, las religiones y las filosofías culturales que ponen la producción y el patrocinio del arte en contextos sociales y culturales. El arte indio se puede clasificar en los períodos específicos cada uno reflejando progresos religiosos, políticos y culturales.

• Hinduismo y Budismo del período antiguo (3500 a. C. - presente)
• Predominancia islámica (712-1757)
• El período colonial (1757-1947)
• Independencia y el período postcolonial (Post-1947)
• Arte moderno y de postmoderno en la India.
Cada período es único en arte, literatura y arquitectura.
El arte y la cultura india están influenciadas en gran medida por las religiones que predominan en este país, especialmente por el budismo.
Las primeras manifestaciones artísticas indias son las plasmadas por la Cultura Harappa en cerámicas y sellos grabados.
 Durante el Período Védico se escribieron libros sagrados que actualmente tienen una gran importancia dentro de la cultura india, como el Mahabharata y el Ramayana. Mientras que en el Imperio Maurya se produce el desarrollo de las artes.
 
 
 Pintura
Las pinturas indias más tempranas eran las pinturas de épocas prehistóricas, los petroglifos de rocas según lo encontrado en lugares como Bhimbetka, y algunos de ellos tienen antigüedades que se remontan al 5500 a. C.
Tal tipo de trabajos se continuaron durante milenios, de modo que en el siglo VII a. C. fueron tallados los pilares de Ellora (en territorio del actual estado del Maharashtra). Por su parte Ajantā es un refinado ejemplo de la pintura parietal india caracterizada por lo meditado en la composición cromática de sus frescos, que se resaltan con las variadas veladuras rojas y anaranjadas obtenidas a partir de pigmentos minerales.
La pintura india se desarrolla principalmente sobre frescos, tejidos y manuscritos. Los temas representados suelen ser motivos religiosos, grandes hazañas o elementos de la naturaleza.  Cultura Maya: Arquitectura India
 
 
Literatura
La literatura budista de la India está repleta con ejemplos de los textos que describen que los palacios de reyes y de la clase aristocrática fueron embellecidos con las pinturas, pero no han sobrevivido en gran parte. Pero, se cree que una cierta forma de pintura del arte fue practicada durante ese tiempo.
La producción literaria hindú puede dividirse de la siguiente manera:

Primer período o período védico: comprende la literatura anterior al siglo IV a. C. y sus obras más representativas son Los Vedas, Los Brahmanas, Los Purumas, Los Upanishad, Los Sutras, el Código de Manú. Se caracteriza por sus dotes de sabiduría y religión.

Segundo período o período épico: se conoce como tal por las dos epopeyas famosas: El Rāmāyana y El Mahabhárata, además de algunos otros textos que al igual que los anteriores se caracterizan por tratar aventuras de grandes héroes que buscan la perfección espiritual.

Tercer período o período de sánscrito clásico: se cultivan cuatro géneros literarios: poesía, lírica, fábula y drama.
 
La literatura propia de la India se desarrolló en sus orígenes en manuscritos grabados en hojas de palmera o pergamino, guardados en planchas de madera y envueltos en tejidos., lo que ha permitido conservarlos a lo largo del tiempo.
 
 
Música
La música de la India incluye variedades múltiples. La tradición de la música clásica de la India, tiene una historia de desarrollo durante milenios y, convertida sobre varias eras, sigue siendo fundamental a las vidas de los indios hoy como fuente de la inspiración religiosa, de la expresión cultural y de la hospitalidad pura. La India se compone de varias docenas de grupos étnicos, hablando sus propias idiomas y dialectos. Junto a formas obviamente subcontinental hay influencias importantes de la música persa, árabe y británica. Los géneros indios como filmi y bhangra han llegado a ser populares a través de la Asia de Reino Unido y alrededor del mundo.
 
 
 
La Arquitectura.
En cuanto a la arquitectura, se utiliza fundamentalmente la piedra y temas decorativos como la palmeta, capiteles zoomorfos, principios de la doctrina budista y leones que simbolizan a Buda. 
Es en esta época cuando se desarrolla el budismo y comienzan a aparecer las construcciones típicas de esta religión, así como representaciones de Buda, ya sean simbólicas o humanas (en forma de monje con el hombro derecho descubierto y la palma de la mano extendida hacia el fiel para demostrar que no se tienen miedo).
La invasión musulmana deja también su huella en el arte de la India, por lo que nos encontramos con elementos islámicos como alminares y bóvedas junto a mandapas y arcos de kudú, típicamente hindúes.
Surge el dominio del Imperio Mongol y se empiezan a utilizar materiales como el mármol blanco y las piedras preciosas en la construcción. Estos dos estilos, el islámico y el mongol, se unen dando lugar a construcciones únicas en el mundo como el Taj Mahal o el Fuerte Rojo de Delhi.

Es en esta época cuando se desarrolla el budismo y comienzan a aparecer las construcciones típicas de esta religión, así como representaciones de Buda, ya sean simbólicas o humanas (en forma de monje con el hombro derecho descubierto y la palma de la mano extendida hacia el fiel para demostrar que no se tienen miedo).

La invasión musulmana deja también su huella en el arte de la India, por lo que nos encontramos con elementos islámicos como alminares y bóvedas junto a mandapas y arcos de kudú, típicamente hindúes.



Surge el dominio del Imperio Mongol y se empiezan a utilizar materiales como el mármol blanco y las piedras preciosas en la construcción. Estos dos estilos, el islámico y el mongol, se unen dando lugar a construcciones únicas en el mundo como el Taj Mahal o el Fuerte Rojo de Delhi.
Cronológicamente desde mediados del III milenio a.C., se desarrolló al noroeste de la India, en el valle del Indo, una civilización afín con las formas mesopotámicas. Esta nueva cultura del Indo sería tan antigua como la referida mesopotámica, según han revelado las excavaciones emprendidas desde 1921 en Harappa, en el Punjab, y desde 1924 en Mohenjo-Daro, en el Sind.
Probablemente se inició hacia el año 3000 a.C. en Harappa, y antes del 2700 a.C. en Mohenjo-Daro; tuvo una organización urbana muy adelantada, con edificaciones de ladrillo y una cerámica pintada de gran perfección. Las ciudades de esta Cultura del Indo tienen un plano regular con calles paralelas que se cortan en ángulo recto, están provistas de grandes estanques y piscinas, de un sistema perfecto de desagües, y en algunas se han conservado grandes obras de fortificación, como en Harappa, donde las murallas miden 14 m de anchura.
Las viviendas que había fuera de las ciudadelas, estaban construidas con barro, paja y ladrillos; se hallaban en pequeñas y apretadas callejuelas y llegaron a tener tres pisos.
En el primer piso, las casas tenían una conexión con el alcantarillado de la ciudad y también un desagüe que evacuaba el cuarto de baño. Los muros de adobe, además, poseía un complejo sistema de drenaje para evacuar las aguas lluvias.
 
 
 
La Escultura
En el campo del arte, los indios se caracterizaron por desarrollar imágenes de los diversos dioses y por el gusto de adornar coloridamente el cuerpo; utilizaban gemas coloreadas, aretes y zarcillos, y joyería con diseños que incorporaban lunas en cuarto creciente, discos solares, arcos, cúpulas y deidades con aureolas. En cuanto a su artesanía trabajaron los tejidos de algodón y alcanzando grandes avances en la metalurgia.
La escultura iniciada en estas dos ciudades es digna de mención con vestigios importantes como bustos de ancianos con barba y torsos juveniles que, junto a un concepto completamente clásico de la escultura humana, demuestran un envidiable dominio del modelado. Destacaremos como ejemplo la figura de bronce de una joven danzarina desnuda, con una gran cabellera y el brazo izquierdo lleno de anchos brazaletes, que fue hallada en Mohenjo-Daro. Tanto en Harappa. En Mohenjo-Daro han llegado hasta nosotros sellos grabados hallados en abundancia, con figuras de animales (rinoceronte, toro, elefante, etc.), que demuestran la existencia de una escritura, cuyos signos no se han logrado descifrar.
 
Esta cultura del Indo desapareció hacia el año 1500 a.C., coincidiendo con la llegada de los pueblos indoeuropeos. Éstos provienen de un movimiento de poblaciones de las estepas euro-asiáticas, que desembocaron por oleadas sucesivas en las costas norte del Mediterráneo, recibiendo en Gracia el nombre de dorios y en el Oriente Medio hititas. En la India, donde penetraron por los pasos del noroeste, desplazaron a las poblaciones autóctonas hacia el sur. Socialmente estos pueblos, que se denominaban a sí mismos arya, en sánscrito "noble", estaban divididos en castas: brahmana (sacerdotes), kshatriya (guerreros) y vaisya (hombres corrientes, ganaderos y agricultores). Frente a estos tres grupos estaban la Sudra, despreciados y humillados como esclavos.
Desde la destrucción de las ciudades del Indo hasta el siglo III a.C., prácticamente no se ha encontrado nada en la India. Se trata de un vacío en la historia del arte que resulta muy difícil de cubrir y del que no se puede extraer más que conjeturas de difícil comprobación. Sin embargo, ese milenio largo sentó los principios fundamentales del hinduismo y es conocido como período védíco a causa de las cuatro grandes colecciones de himnos, oraciones, fórmulas rituales y hechizos mágicos que reciben el nombre de Vedas. El término se aplica a las cuatro colecciones (samhitas) de himnos y oraciones compuestas con diferentes propósitos rituales: el Rig-Veda, el Sama-Veda, el Yajur-Veda, y el Atharva-Veda. De éstos, sólo los primeros tres fueron considerados originalmente como canónicos; el cuarto obtuvo esta posición tras una gran lucha. Estas recopilaciones son desconcertantes para Occidente ya que, a diferencia de las otras literaturas sagradas de las grandes religiones, no mencionan acontecimientos históricos.
Más adelante, ya en el siglo VI a.C., aparecieron en el norte de la India dos fenómenos religiosos heterodoxos: el Budismo y el Jainismo. El primero fue fundado por el príncipe Siddharta, llamado el Buda (el Iluminado), que rechazó radicalmente el sistema de las castas y enseñó que la aceptación de la vida y el dominio sobre sí mismo son más importantes que la fe. Por tanto, suponía el reverso de lo que propugnaba el brahmanismo, en el que el núcleo de la sociedad debía ser el sistema de castas y, por tanto, el ejercicio del poder para mantener dicha estructura.
Por otra parte, el jainismo, es la reforma realizada por un genio religioso, Vardhamana, también llamado Jiña el Victorioso, cuyo ascetismo era muy severo y predicaba la doctrina de la omni-sensibilidad y la moral de la no violencia. La ascesis que practicaban los seguidores del jainismo estaba basada en la idea de que el sufrimiento que padecen las personas en la tierra es producto de la unión entre cuerpo y alma, por lo que el objetivo debe ser la liberación del cuerpo, a la espera de la liberación final que llegará con la muerte.
Cultura Gandhara
La época dorada de la cultura de Gandhara, desarrollada entre el 300 a.C. y el 500 d.C., fue entre los siglos I al V de nuestra era. La histórica y ya legendaria Gandhara tenía su centro en la cuenca de la actual ciudad de Peshawar, al noroeste de Pakistán, y se extendía hasta el centro de Afganistán hacia occidente y los valles del Punyab y Swat hacia el noreste.
Los tristemente famosos budas gigantes de Bamiyan, dinamitados por el ya derrocado régimen talibán de Afganistán en 2001, eran hasta entonces uno de los más espectaculares testimonios de la cultura de Gandhara.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


CHINA
 
 
 
Arte de China
 
 
El arte en China esta fundamentalmente compuesto por objetos de bronce, jade y hueso, que recogieron el espíritu y efecto buscado en los rituales chamanistas.

Como complemento tanto la diversificación de las formas como la iconografía con la que se adornaban correspondían a los principios de jerarquización social y uso ritual que caracterizó los inicios de la civilización china con la Dinastía Chang y la Dinastía Zhou. En esta última dinastía surgen las escuelas de filosofía que profundizando sobre la relación del individuo con su entorno y la consideración social del mismo, establecerán los fundamentos teóricos sobre los que siglos más tarde se influiría la forma china del arte.
 
En el campo de las artes, el territorio chino destaco, no sólo en la arquitectura y escultura, sino que la porcelana y la seda, ambas utilizadas para fabricar artículos suntuarios, tienen su origen también durante aquellos decenios. La porcelana se creó durante la dinastía Chang en el segundo milenio a. de C. Mientras que los antiguos métodos eran primitivos, la fabricación de porcelana avanzada fue posible gracias al desarrollo de hornos especializados que podían cocer caolín, un tipo de arcilla blanca, a temperaturas de alrededor de 1.200 grados, para obtener un material duro y sin poros. La primera verdadera porcelana fue producida durante la Dinastía Tang, cuando los alfareros chinos aprendieron a controlar el contenido de hierro que reduce la interferencia del color, dando por resultado la blancura. La fabricación de la porcelana fue finalmente dominada durante la Dinastía Ming y, la de alta calidad, se exportó a Japón y a Europa.
 
 
La Caligrafía
  La cultura China fue la primera en utilizar tinta para escribir y se estima que habría sido inventada hace 4.500 años atrás, siendo las primeras realizadas de pigmentos negros que obtenían del humo; el papel también es de origen chino y fue inventado en la dinastía Han realizándose con una mezcla de fibras de bambú, cortezas de árbol y agua.
Las primeras manifestaciones de caligrafía china se encuentran sobre huesos pertenecientes a la Edad de Bronce, durante la dinastía Shang, del siglo XVII al XI a.C. Mientras que los primeros pictogramas que se descubren son imágenes simples que permiten apreciar un vocabulario extenso al conceptualizarse objetos concretos y abstractos mediante la combinación de unos pictogramas con otros. Por otro lado las ideas complejas se obtienen mediante la unión de dos o más símbolos. Se descubre así que el concepto de "Hombre" (Ren) en combinación con el concepto de "Árbol" (Wu) significa "Descansar" - Xiuxi. La escritura china, los ideogramas, no son signos que representan fonemas: Los signos del sistema de escritura chino no representan sonidos sino conceptos. Es decir, el signo tiene naturaleza conceptual, de significado y no guarda relación directa con el sonido.
 
 
Porcelana
La porcelana china representa un componente central del arte y de la cultura de China. Se convirtió en el modelo de la producción de la porcelana también en el occidente.

La porcelana de China está compuesta generalmente de caolín o cuarzo. El caolín es capaz de soportar las cantidades grandes de agua debido a su estructura granular de en relación con la admisión a la masa del trabajo y su maleabilidad. El cuarzo disminuye la maleabilidad del material mientras se produce la disminución del volumen al secarse y quemarse.
 
 
 
La Pintura
Los origines de la pintura tradicional se remontan a las más tempranas épocas de la antigüedad. Podemos decir que las obras anteriores a la dinastía T'ang, en el periodo 618-907, son dibujos de líneas producidos por personas que se dedican a otras actividades. Durante la primera mitad de la dinastía T'ang, el paisaje y las pinturas que representaban flores y pájaros comenzaron a ganar importancia. Los cuadros con montañas, bosques, campos y jardines nos permiten evadirnos de este mundo y penetrar en el reino de la paz y la tranquilidad. También son muy admirados los árboles, piedras, praderas, flores pájaros y otros animales que aparecen en las pinturas, dotadas de gran viveza y energía. Así pues, las tres categorías principales de la pintura tradicional china serían el paisaje, flores y pájaros junto a las representaciones de figuras humanas durante la primera época.
 
 
Artes Decorativas
Otro tipo de arte, al que podríamos incluir dentro de las artes decorativas será el desarrollo del mueble tradicional que evolucionó de la simplicidad a la complejidad y estuvo estrechamente ligado al estilo de vida y a los cambios económicos y culturales de China a lo largo de su historia. Con anterioridad a la dinastía T'ang, lo más frecuente era que los chinos se sentasen en el suelo sobre esterillas de paja. Tras el período de los Reinos combatientes (475-221 a. de C.), comenzó a generalizarse el uso de camas y sofás como asientos. En tiempos de la dinastía Wei-Chin (220-420) y de las dinastías del norte y del sur (420-589), comenzaron a penetrar en China las sillas de estilo occidental, las sillas de tijera y otros tipos de asientos. A partir de este momento, los asuntos cotidianos de los chinos pasaron a decidirse desde sillas en lugar de desde el suelo, con las piernas cruzadas.
 Los muebles Ming destacaron por su línea sencilla, uniforme, sin rupturas y por su decoración parca y elegante, todo lo cual tiende a realzar sus magníficas características de construcción. Durante la dinastía Ch'ing, debido a la influencia del floreciente comercio exterior chino y al avance de las técnicas artesanales, se pasó a una decoración rica y compleja que incluía tallados. A causa del gran desarrollo del mueble chino con las dinastías Ming y Ch'ing, la mayor parte del diseño actual de muebles chinos permanece dentro de esta línea artesanal.
 
 
 
 
La Arquitectura
La arquitectura china se entiende como un estilo de arquitectura que ha tomado forma en el este de Asia durante muchos siglos, la cual es compartida con países vecinos. Los principios estructurales de la arquitectura china se han mantenido prácticamente sin cambios, siendo los cambios principales los acaecidos en las artes decorativas. A partir de la dinastía Tang, la arquitectura china ha tenido una gran influencia en los estilos arquitectónicos de Corea, Vietnam y Japón. Más de la vasta zona de Turkestán a Japón, desde Manchuria hasta la mitad norte de la Indochina francesa, el mismo sistema de construcción es frecuente. De todas las fuentes de información, literarias o gráficas, existe una fuerte evidencia que acredita el hecho de que los chinos siempre han empleado un sistema autóctono de la construcción que ha mantenido sus principales características, desde la prehistoria hasta la actualidad.
 El chino es el único sistema arquitectónico cuyas estructuras son principalmente de madera, lo que es un reflejo de la ética del país, su criterio estético y el valor que da a la naturaleza. Son construcciones que se basan en profundas tradiciones culturales y así, en ella destaca la ideología de la superioridad del poder imperial y su compacto sistema de clases. El desarrollo de las arquitecturas antiguas de China experimentó tres momentos de apogeo durante las dinastías Qin y Han, Sui y Tang, y Ming y Qing. En estos tres períodos surgieron numerosas construcciones representativas, como palacios, mausoleos y tumbas, obras de defensa e hidráulicas. El paso del tiempo y las guerras se cobraron muchas construcciones antiguas, siendo la mayoría de las que se conservan posteriores a la dinastía Tang del siglo VII.
 
 
 
 La Escultura

La escultura en piedra se inició como majestuosa y representativa decoración de los caminos funerarios de las tumbas imperiales en la dinastía Han. Grandes animales reales y mitológicos, representación de los estamentos sociales -letrados, militares, extranjeros, etc.- fueron los temas elegidos para dignificar el poder. De todo ello son muestra las esculturas que flanquean el camino de los espíritus de las dinastías Han, Tang y especialmente las tumbas Ming, así como la escultura representativa de los palacios imperiales


 



Bibliografía

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 PÉREZ Balda, R Educación Artística 8° Grado Editorial Larens Caracas 1997. 336 páginas.
FELICE, Antonio Educación Artística 8° Grado Editorial Biosfera. Caracas 1995. 198 páginas.
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 Fuentes cibernéticas:
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www.profesorenlinea.net Mesopotami
 
 
 
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Nueva Enciclopedia Temática Tomo 8, De. Cumbre, S.A. México 198
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Muy Interesante, Especial, Antiguo Egipto, México.
El Hombre Origen y misterios, egipcios. Tomo 2 De. Uteha. S.A. de C.V. España 1983
Atlas culturales del mundo, Egipto, dioses, templos y faraones Volumen I De. Folio1990
Atlas culturales del mundo, Egipto, dioses, templos y faraones Volumen II Ed. Folio 1990
Historia 2, Alicia Gojman Goldberg, nutesa México 1987
Tiempos Lugares y gente 1, Fernandez editores, SEP México 1995
Los últimos enigmas. Selecciones del Reader´s Digest. México, 1978.
Español activo II. Lucero Lozano. Ed. Porrúa. México, 1991.
Ciencias sociales II. Teresa Silva. Ed. Trillas. México, 1988.

1 comentario:

  1. Hola Keines, excelente trabajo, le felicito, seguro que sus estudiantes apreciaran este tema.

    David

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